3.

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Nori era bastante consciente de su mala suerte.

No muchas cosas le salian como quería y las personas solían decir que estaba maldita desde su nacimiento, al igual que su hermano, ya que tuvieron que simplemente nacer para arrebatarle la vida a su madre y arruinarsela a su padre.

Naruto se entristecia cada vez que alguien les decía aquello, pero siempre tenía a su hermana melliza dispuesta a subirle el ánimo con una sonrisa, un abrazo o un buen platillo, casi como si de una madre entusiasta se tratase. Y ella no se tomaba muy en serio todo eso, después de todo no podía subir el autoestima del rubio si ella se sentía mal.

Pero en ese momento supo que estaba maldita. No podía ser casualidad que tuviese que hacer un trabajo de actuación con Sasuke-Bastardo-Uchiha. Realmente todo estaba conspirando en su contra ahora mismo.

Un suspiro brotó de sus labios mientras sentía el brazo de Chouji alrededor de sus hombros, intentando sostenerla después de un día malo, y apreció como Shikamaru e Ino se encontraban hablando de algo que ella no sabía con exactitud.

Agradecía que fuese el primer día, ya que pudieron salir poco después del mediodía y alcanzaba para llevarle el almuerzo a su padre, porque éste se lo había olvidado y ella era una hija modelo, debía llevárselo. Volvió a suspirar, algo frustrada, mientras se apoyaba en el cálido abrazo de su gigantesco amigo.

No habían segundas intensiones en los momentos cariñosos que Chouji tenía con sus amigas, es más, su novia, Karui, estaba muy segura con las muestras de afecto que Chouji se daba con Nori e Ino. Las dos rubias eran como las hermanas del Akimichi y más aún Shikamaru, así que no había ningún tipo de problema con las muestras de afecto.

—Si quieres podemos insistirle a los profesores por un cambio de compañeros.-Opinó el robusto muchacho al sentir como el pequeño cuerpo de la rubia había comenzado a temblar un poco, parecía así desde que le informaron sobre su dúo con el Uchiha.

—Yo me ofrezco si quieres, odio al Uchiha, pero sería menos problemático y tú podrás estar con Naruto.-Secundó el de cabellos negros, sintiendo como la rubia más alta pasaba su delgado brazo por su cintura, aún si eso les impedía un poco el caminar. Ino amaba tener la mano puesta sobre uno de sus amigos todo el tiempo.

—Intenté que cambiaran de opinión, pero dijeron que Sasuke debería estar de acuerdo con el cambio. Dijo que no.-Respondió la Namikaze soltando un pequeño bufido sin dejar en pensar sobre el asunto. Tenía miedo, mucho si le preguntaban, no quería estar sola con Sasuke en un sitio y menos ensayando una obra como la que les tocó.

Sus amigos estaban por decir algo sobre lo bastardo que era el Uchiha, pero se dieron cuenta que Nori estaba demasiado afectada como para seguir hablando del asunto. Sabían que si le insistían demasiado a la menor era contraproducente y se cerraba aún más, entonces decidieron dejar el tema por el momento.

—¿Esperarás a tu hermano?.-Preguntó Chouji, cambiando de tema radicalmente y los otros dos le agradecieron silenciosamente, no sabían como quitar la tensión que había en el aire.

Una sonrisa cruzó por los rosados labios de la Namikaze y los otros tres se aliviaron por el cambio de actitud, al parecer ella rogaba con la mirada que dejasen de hablar del Uchiha y la mención de su hermano la ponía de buen humor.

—Oh, no, debo pasar por la comisaría para llevarle el almuerzo a papá.-Exclamó mostrando el pequeño contenedor dónde se notaba que había un almuerzo hecho por la rubia. Chouji intentó que se lo diese durante toda la mañana, pero era para su padre.

—Puedo acompañarte, mi papá se olvidó sus llaves.-Avisó la Yamanaka, recibiendo una pequeña sonrisa por parte de su mejor amiga. Sus padres trabajaban en el mismo edificio, pero el padre de Ino se encargaba de la inteligencia de la policía, mientras que Minato era el jefe, por esa razón se acercaron ambas.

Poison ; Itachi Uchiha. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora