14.

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Shikamaru estaba frustrado

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Shikamaru estaba frustrado.

Nori había sufrido un ataque de pánico, claramente le había afectado el estar nuevamente cerca de una piscina, aún más luego de lo que ocurrió en esa ocasión. Si era sincero, nunca creyó que aquello había calado tan dentro de su mejor amiga. Si, fue una experiencia traumatica, pero ni él, y muchos menos sus otros dos amigos, se imaginaron que había roto a Nori de esa manera.

Se mordió el labio con fuerza, acariciando con dulzura los cabellos rubios que portaba su mejor amiga. Él mismo había llamado al abuelo de la muchacha y logró que pudiesen salir ántes de la escuela, después de explicar lo que había ocurrido. Obviamente no habían especificado exactamente el qué, pero el director Uchiha los dejó salir, ya que de igual manera ese día sólo era recreativo.

Sólo él pudo retirarse de la escuela junto a su mejor amiga y eso los llevaba a esa situación. La frágil rubia descansaba en su cama con la cabeza ubicada en el regazo de su mejor amigo y él simplemente podía llenarla de dulces cuidados.

Estaba en una encrucijada, después de todo el desmayo no ocurrió simplemente por el ataque, si no que la enfermera le había informado que Nori no estaba comiendo bien y eso lo asustó aún más. Sobre todo por lo ligera que se había sentido su mejor amigo cuándo él la levantó para llevarla a la enfermería.

—Permiso...-Soltó el joven abuelo de los mellizos Namikaze, a la par que entraba a la habitación con dos tazas de humeante café.

Shikamaru sabía muy bien que ese hombre había criado a Naruto y Nori los primeros años de su vida junto a su padre, pero apenas ellos pudieron valerse por sí mismo se había vuelto sumamente ausente, excusándose detrás de su trabajo como escritor. Eso era algo que Nori casi nunca mencionaba, era bastante obstinada cuando se trataba de hablar se su familia.

—Muchas gracias, señor Namikaze.-Soltó mientras no abandonaba su mirada del delicado rostro durmiente de Nori. Ya estaba comenzando a recuperar su color y eso le alegraba.

Shikamaru respiró hondo, intentando encontrar las palabras exactas para decirle al mayor. Claramente deseaba que Nori se quitase un poco de peso de encima, y sólo su familia podría ayudar a aquello, pero tampoco quería contar cosas que la rubia no deseaba dar a conocer.

Pero es que Nori estaba demasiado exhausta y sus amigos lo sabían. Tenía que encargarse de su hogar, intentar ser fuerte en la escuela para no sucumbir ante el hostigamiento de Sasuke y luego recordar que era una adolescente. Era demasiado para una joven de diecisiete años.

—Podrían ayudarla. Siempre carga con esta familia ella sola.-Soltó luego de unos largos segundos, pero el mayor sólo lanzó un suspiro mientras cruzaba sus brazos y eso enojó un poco al adolescente.

—Nori hace bien su trabajo.

—¿Su trabajo?. Ella actúa como una maldita criada de su hijo y su nieto.-Sabias que estaba siendo algo irrespetuoso, pero ese maldito viejo estaba hablando de su nieta como si fuese una simple criada y no su propia familia.

Poison ; Itachi Uchiha. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora