"Incluso si eres veneno, te besaré como si fuera el destino, bebé, incluso si es un final triste, sigue y sigue."
Nori Namikaze es la perfecta hija del jefe de la policía, pero no puede evitar caer enamorada por el cliché del chico malo. ¿O no?.
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Nori lanzó un bostezo mientras se estiraba sobre el regazo de su mejor amigo.
Era lunes por la mañana, y habían llegado extremadamente temprano a a la escuela, todo porque que ese mismo día comenzarían las actividades deportivas en la escuela y como alumnos de último año debían hacer un deporte de forma obligatoria.
Ese día Nori tuvo que levantarse demasiado temprano para preparar el desayuno de Naruto y el de su padre, todo para que estuviesen listos ántes de las seis de la mañana, y fue realmente estresante. También la frustró que no recibió un solo agradecimiento de su hermano, ya que éste se encontraba semi-dormido.
Pero Shikamaru la había recibido con su bebida favorita, Ino la ayudó a peinarse de manera correcta y Chouji la envolvió en un abrazo reconfortante que la hizo sentir muchísimo mejor. Agradecía tener ese tipo de amigos que le subían los ánimos en cualquier momento que estuviese pasando.
Y allí estaban, en el patio de la escuela, con su cabeza descansando en el regazo de Shikamaru y sintiendo como la trenza que Ino le hizo se deshacía por las constantes caricias en el cabello que su mejor amigo le regalaba. Por otro lado, la rubia más alta parecía perfectamente dormida sobre el hombro del robusto chico cubierta por la enorme chaqueta de su amigo, y éste la ignoraba mientras estaba centrado en terminar de comer los rollitos de canela que Nori le había comprado.
Otro bostezo salió de sus labios mientras le contestaba a Shu-san. Se estuvieron mensajeando todo el día y eso la ponía de buen humor, después de todo realmente adoraba hablar con ese chico que protagonizaba gran parte de sus pensamientos. Lanzó una pequeña risita mientras veía el pequeño video que el mayor le había enviado, era el mismo chico pelirrojo del parque, pero por alguna razón se encontraba cocinando algo, o más bien quemandolo completamente.
—¿Tu chico?.-Preguntó Shikamaru mientras volvía a trenzar el largo cabello que él mismo había despeinado con tantas caricias dulces. Nori sintió como su rostro se coloreaba y eso hizo resaltar aún más sus pecas.
—No es mi chico.-Dijo entre dientes y el más alto estuvo apunto de burlarse. Pero justo en ese momento aparecieron los se profesores de Educación física, logrando un gran suspiro colectivo. Nadie quería empezar las actividades deportivas y eso era un hecho.
—¡Todos arriba!¡Aviven esa llama de la juventud!.-Exclamó el profesor Maito Gai, pero Nori simplemente se reincorporó un poco ántes de dejar caer su cabeza en el hombro de su mejor amigo y Shikamaru dejó su brazo sobre los hombros delgados de su amiga.
Por otro lado Ino se despertó por los gritos del profesor, y se notaba que no estaba de muy buen humor, así que ninguno de sus amigos le habló demasiado. Ella simplemente tomó la gigantesca chaqueta de Chouji y se cubrió como si fuese una mantita mientras veía a sus profesores con mala cara.
—Como ustedes saben es su último año de escuela y deberán hacer un deporte, obligatoriamente. Pero esta vez decidimos dar una sola opción, ya que no logramos quedarnos con la cancha de fútbol.-Empezó a decir el profesor de extraño traje verde, logrando que muchos de los chicos, y Sakura, comenzarán a quejarse, ya que la gran mayoría de ellos hacían fútbol.
