16.

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Itachi no supo realmente cuánto tiempo estuvo junto a Nori

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Itachi no supo realmente cuánto tiempo estuvo junto a Nori.

Estuvieron abrazados durante horas y horas. Horas dónde el silencio era lo único presente entre ellos dos, pero no era un silencio incómodo, por el contrario, Itachi sabía muy bien que Nori no quería hablar, por eso respetó sus silencios y beso sus cabellos cuándo lo creyó necesario.

Se permitió irse cuándo la pequeña Namikaze estaba completamente dormida entre sus brazos, aunque realmente no quería hacerlo, pero debía partir a una reunión importante de Akatsuki y ya lo había pospuesto demasiado tiempo.

Realmente no entendía como esa muchacha había derribado todas las barreras que él se había impuesto, y temía que fuese lastimada en el proceso, porque estar con él era algo complicado, y ella no era consciente del peligro al que se exponía. Pero por alguna razón no se sentía triste o asustado como cuándo intentó acercarse a otras personas en su vida.

Un estúpido mes y medio había sido suficiente para que esa niña de mirada estrellada calara en su mente y en su corazón. Sólo fueron necesarias palabras dulces, risas suaves, sonrisas brillantes y un par de ojos llenos de las estrellas más brillantes para que él se quedase totalmente prendido por una muchacha como Nori Namikaze.

Lanzó un pequeño suspiro al entrar a la fábrica abandonada que utilizaban como centro de reuniones y pudo apreciar como todos sus compañeros estaban allí, y el único que faltaba era él. Se mordió el labio mientras sentía las miradas divertidas sobre su persona, después de todo él nunca llegaba tarde.

—¿Llegaste tarde por la rubiecita?.-Preguntó un rubio de largos cabellos acercándose con una sonrisa burlesca, pero Itachi pudo apreciar como ya no caminaba de manera extraña.

Itachi lo ignoró y cruzó sus brazos sobre su pecho, realmente no estaba de humor para sus bromas, no después de escuchar la verdadera historia detrás de las marcas y los traumas de su pequeña rubia. Tenía unos deseos intensos de salir a la calle para encontrar al maldito infeliz y destrozarle la cara, pero no podía hacerlo, simplemente tenía un apellido y no mucho más, eso no ayudaba.

—Hey, no es una burla, me alegra que no hayas terminado todo con ella.-Comentó el rubio al ver la expresión algo oscura en el rostro de su compañero.

—¿Por qué?.

—Ella me salvó, idiota, le debo mucho y parecía estar muy enamorada de ti, me alegra que no la lastimes.-Respondió como si fuese obvio y provocó que una sonrisa algo irónica brotara de los labios ajenos. Si, Deidara era así, una persona sumamente agradecida con todos los que le daban una mano en la vida.

—Cuándo estás limpio dices cosas bastante cursis.-Bromeó mientras le daba un suave codazo al menor, logrando que lanzara un suspiro dramático, al parecer eso de estar sin un gramo de cocaina en el cuerpo era algo demasiado triste para él.

—Ni me lo digas, Konan me está llevando a rehabilitación. Realmente apesta, pero no la quiero ver llorar otra vez, es demasiado triste, es como ver llorar a tu mamá.-Soltó lo último con un tono de voz super dramático, pero Itachi sabía que el menor realmente lo sentía así, después de todo había sido la mismísima Konan quién encontró a Deidara y le dió techo y comida.

Poison ; Itachi Uchiha. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora