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Era sábado a medio día. Jungkook estaba demasiado nervioso a decir verdad. Sus amigos estaban con él.

—Tu cabello es rebelde, Jeon —se quejó Seokjin quien le acomodaba el cabello al pelinegro para que se viera mejor.

—Yoongi viene a dejarlo, ¡ya viene! —un Jimin escandalizado se acercó hasta los chicos.

—Bien.

En seguida la casa se vació, dejando solo a Jungkook.

Pasaron como 5 minutos hasta que el auto donde venía Yoongi y Taehyung se estacionó frente a la casa de los Jeon, y luego volvió a arrancar informando que el mayor se iba, haciendo a Jungkook ponerse más nervioso. El timbre sonó haciendo que Jungkook respirara muy profundo.

—Hola, Tae...

Sus palabras murieron pues vió a un Taehyung decaído, con ojos rojos y llorosos dejando en claro que había estado llorando.

El castaño miró a Jungkook, se veía... ¿Distinto? ¿Más guapo? Pero sin pensar más se lanzó a Jungkook para que lo abrazara, necesitaba eso. Se sentía tan mal que sinceramente no había querido ir con Jungkook esa mañana, pero la noche anterior le prometió que iría y tuvo que ir.

Jungkook sintió al pelinegro sollozar en el hueco entre su cuello y hombro derecho, no sabía qué había pasado para que estuviera triste. Se dirigió con el castaño al sofá de la sala, no quería aturdir con preguntas al chico pero quería saber qué le pasaba.

—¿Qué pasó? —el pelinegro habló cuando el castaño se separó pidiendo disculpas por llegar en ese estado.

Taehyung sintió sus ojos picar nuevamente y Jungkook le atrapó en un abrazo antes de que llorara más. Bueno, tal vez había sido muy apresurado al preguntar.

—Es mi padre... Recayó y está en el hospital, no creí que eso pasaría, él estaba bien y-y todo pasó de repente.

Jungkook miró hacia algún lugar en específico, pensó en lo que Taehyung le dijo y lo apretó más en sus brazos.

—Todo estará bien —fue lo único que dijo, sin saber si era verdad o solo lo había dicho para hacer sentir bien al castaño.

—Perdón por llegar así —se disculpó nuevamente.

—No importa, de todas maneras aquí estoy para ti —le sonrió, acarició con delicadeza su suave mejilla y luego le dejo un beso en su cabeza.

—G-Gracias —dijo dejándose llevar por ese cálido toque.

Pasó un largo rato en el que Jungkook acariciaba el sedoso cabello castaño de Taehyung y este lo recibía gustoso.

—Iré a traer agua —Jungkook de levantó del sofá y fue hasta la cocina. Miró los globos que sus amigos habían comprado; estaban inflados haciendo un sencillo pero bonito arco. En medio de este colgaba un cartel junto a algunas serpentinas de colores metálicos, haciéndole ver un tanto elegante. El pastel que descansaba en la barra lucía delicioso, del sabor favorito de Taehyung; fresa.

El pelinegro suspiró y decidió sacar esos adornos al patio trasero por la puerta de la cocina que daba hacia allá, y el pastel lo guardó en el refrigerador para que el menor no viera. Luego volvió donde Taehyung.

—Toma. Olvidé que esto te lo mandó Irene, no sé si sabías que se va a mudar a Gwangju y te dejo este regalo.

—¿De verdad?

—Sí, y ya sabes... Como le gustas pues decidió dejarte un detalle. Eres un chico muy coqueto, Tae.

Taehyung rió ligeramente y tomó la bolsa color morado, era brillante y tenía un pequeño moño del mismo color en una esquina en la parte superior de la bolsa.

Cartas Para Kim Taehyung ❲Taekook❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora