Jasper Hale sin duda era todo lo que alguna vez soño tener a su lado, pero no contaba con todas las cosas que descubriria al conocerlo:
Leyendas e historias de terror sobre un mundo sobrenatural lleno de vampiros y hombres lobo.
Porque hay tantas c...
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Decir que todo empeoró era poco, se habia vuelto un caos y no comprendía nada. Esa alegria haciendo compras se habia esfumado al ver el rostro de los tres vampiros en el auto que significaban algo muy malo. Al llegar a la casa, Jasper me ayudo a bajar y en cuanto entramos la bomba estalló haciendo que me hirritara.
- Leyla -
- ¡¿Que?! - Grite sin poder evitarlo. Estaba demasiado frustrada y preocupada.
Todos comenzaron a hablarse como en un debate para ver quién era el culpable.
- ¡Les dije que era una mala idea! - Jasper reprendió a sus hermanas.
- ¡Hubiera ocurrido de todos modos! - Rosalie dijo evidentemente molesta.
- ¡No es tu prisionera! - Esta vez Emmett grito.
- ¡Pero ahora esta en peligro! -
Suspire pasando ambas de mis manos por mi rostro.
- Lo lamento - Me disculpe con el pelirrojo que era el unico que no estaba discutiendo.
- Esta bien. Te entiendo, estas preocupada - Me dio una media sonrisa.
- ¡Ya basta! ¡Yo no debi dejarla en el auto! - Interveni para no extender la pelea, no me gustaba nada meter a la familia en problemas y que esto pasara por mi culpa.
- ¡Pero fue Jasper quien te obligo a llevárla! -
- Por favor, por favor tienen que... - Esme se acerco rápidamente a mi rodenadome con sus brazos ante el mareo repentino que apareció. Cerré mis ojos con fuerza - Calmarse...
- ¿Estas bien? - Jasper preguntó con preocupación. Asentí lentamente antes de abrir los ojos y mirarlo frente a mi - Vamos a la cama, debes descansar.
***
Renesmee habia estado haciéndome compañía antes de que Jacob se la llevara para ir a la playa. Ambas estábamos acostadas en la cama que estuvo llena de sus juguetes. Ella también me habia mostrado el recuerdo que más le gustaba de mi.
- ¿Nacerá pronto, tia Leyla? - Pregunto con su dulce voz mientras su mano acariciaba mi vientre.
- Creo que si -
- ¿Estas triste? -
- No, claro que no - Sonrei comenzando a acariciar su cabello - Estoy muy feliz.
- ¿Puedo mostrarte algo? - Asenti curiosa.
Ella llevo su mano a mi mejilla y sus ojos conectaron con los mios con una pequeña sonrisa.
