CAPITULO I: HALLOWEEN

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Tarde del 31 de octubre.

— ¿De verdad tengo que usar esto? – preguntaba Demian tras salir de la habitación.

Iba vestido con un traje de pirata que Ángel le había comprado al salir del trabajo. El traje era demasiado tonto para Demian, los pantalones negros eran acampanados, la camiseta blanca tenía un encaje ridículo y el chaleco tenía una cinta dorada en las esquinas que le parecía innecesaria y luego estaba el sombrero... Era enorme, con una calavera mal pintada en el frente y tenía una pluma negra en una esquina que parecía más una cola de mapache que una pluma. Pero aun con todas esas razones a Ángel le había gustado mucho el disfraz.

— Sip, la escuela pide que vayan disfrazados hoy. Es una fiesta Demian. – comento el vampiro. El no veía ningún problema con la ropa que Demian llevaba puesta, era ropa casi tan formal como un traje para adulto. No entendía porque el niño era tan negativo en ello.

— Claro, pero yo no quiero ser el payaso. Voy a hacer el ridículo.

— No harás el ridículo, ese traje te queda muy bien.

— Eso dices tú porque eres mi papá, peor las chicas no pensaran lo mismo. – decía, tratando de ocultar parte del encaje de la camisa bajo su chaleco, pero era imposible. La cosa era demasiado esponjada para ser ocultada. – Vamos, tengo 15 años. Es ridículo que vaya disfrazado de pirata.

Ángel suspiro, rendido. 

— ¿Qué es lo que no te gusta del disfraz? – pregunto, dispuesto a escuchar realmente sus puntos de vista.

— ¡Nada! Estos pantalones son incómodos... El encaje de esta camisa es horrendo y este sombrero no me queda. – dijo exasperado. Se puso el sombrero sobre la cabeza y en efecto, este se corrió hacia abajo. Cubriéndole el rostro.

Ángel se rio al verlo de esa manera, se levanto de la silla donde llevaba ya rato sentado y se aproximo a su chico para acomodarle el sombrero. 

– Tiene una correa aquí atrás, solo tienes que ajustarla. ¿Qué tal ahora? – Demian movió la cabeza un poco para comprobar que el sombrero ya no se caía. Aun así, su rostro seguía gritando LO ODIO en todo su esplendor. – Vamos, hijo. Dame un respiro, solo es un disfraz. – Ángel se sentía ya derrotado, era más que obvio que no habría poder humano en la tierra que pudiera hacer cambiar a Demian de parecer. Era muy obstinado.

— Pero es un disfraz para niños. Ya no soy un niño. – dijo con morritos.

Ángel se paso una mano por la cara, armándose de paciencia. 

— ¿Entonces de que hubieras preferido ir disfrazado? 

Demian lo pensó un segundo. 

– De alguno de esos sujetos super geniales de las películas. Ya sabes, con las chaquetas de piel y las armas.

Ángel puso los ojos en blanco, por supuesto que su hijo querría ir vestido como uno de esos barbaros que se podían encontrar en cualquier película o serie en la televisión. A él no le importaba la tradición del halloween, ni nada de eso. Solo quería lucir bien, a la moda. Como supuso cualquier otro chico del siglo XXI querría. Por suerte para él, sus últimas palabras le habían dado una nueva idea.

— ¿Si te presto mi chaqueta de cuero, estarías feliz? – le pregunto.

Demian abrió mucho los ojos. La chaqueta de cuero de Ángel era un objeto sagrado en esa casa. Era la única cosa material a la que el vampiro parecía tener afecto, y como alguien no lo haría, si era una chaqueta negra larga bastante cool. — ¿De verdad me la prestarías? ¿A mí? – aun no lo creía.

THE TWILIGHT ZONE (Angel & Demian X La Saga Crepusculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora