CAPITULO 10: EXPERIENCIAS

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Ángel se paso casi la toda la noche contemplado a Demian, no es que antes dudara de su parecido físico pero ahora lo veía más claro que nunca y volvía a corroborar, que de ser el un humano, ese chico bien podría ser su hijo biológico. Con esa carita de Ángel durmiendo y el cabello así de despeinado, Demian no parecía ser aquel mismo chido rudo que entrenaba si no un simple niño, un niño perfectamente normal que merecía una vida normal. No había día en que Ángel no se lamentara por no poder darle eso. Si, le había dado una familia pero con el costo de nunca habría normalidad en su vida, con el costo de que todos los días se levantaría con un vampiro que le preparaba el desayuno o con otros vampiros que no dejarían de perseguirlos jamás. La vida era muy injusta.

Cuando los primeros rayos de claridad comenzaron a dibujarse sobre las nubes, Ángel se levanto de la cama y se acerco a la ventana. Había escuchado mucho sobre Forks, en su mundo claro, pero había escuchado que era un lugar muy nublado donde casi siempre llovía y donde los vampiros se la pasaban en grande. El nunca lo había visitado, pero ahora podía ver la maravilla de la que Spike le hablo. Los arboles se levantaban frente a él de una manera gloriosa, como si sus puntas llegasen hasta el mismo cielo, donde las nubes grises las cubrían. Era el lugar donde la imaginación te podía llevar a pensar que no eran solo arboles, si no escaleras al cielo. Entonces su vista se desvió hacia abajo, donde vio a los tres chicos Cullen y a una chica rubia que no conocía, perderse entre los primeros arboles del bosque que colindaba con la casa.

Escucho entonces fuerte y claro, un murmuro desde detrás de su puerta. Era Carlisle.

— ¿Quieres venir? Iremos a cazar algo para comer.

Ángel dirigió su vista hacia Demian, realmente sorprendido de que su audición en aquel mundo fuese mucho más potente que en el otro y entonces respondió con un murmuro también.

— No quiero dejarle solo.

— No estará solo, Alice se quedara a cuidarlo. Anda, necesitas tu fuerza.

Ángel lo pensó por un segundo, de verdad no tenía hambre pero supuso que era mejor comer ahora que Demian no se daría cuenta y tener energía para lo que fuese que pudiera pasar. Acomodo un poco las cobijas sobre su hijo y salió muy despacio para no despertarle. Carlisle estaba a un lado de la puerta, así que le hizo una seña para que hablara en voz baja.

— Estará bien, vamos.

— ¿A dónde?

— Ya verás. . .

Carlisle sonrió de una manera muy extraña. Como si estuviese más que emocionado por mostrarle algo, sin embargo, Ángel jamás se espero que fuese algo tan maravilloso como aquello y es que los Cullen lo llevaron hasta el interior del bosque húmedo, donde los arboles eran más hermosos y las criaturas que habitan eran bastante extraordinarias. Jamás había sentido tanta vida junta en un lugar o visto con tanta claridad los detalles de su entorno; Era una verdadera maravilla.

— Ustedes siempre. . . ¿Lo ven todo así? – pregunto maravillado.

— Es uno de los pocos privilegios de esta vida. – respondió Carlisle, también maravillado. Pero lo suficiente alerta como para hacerse a un lado cuando Emmett paso jugando carreras con Jasper. – Chicos, tengan más cuidado. – les dijo, sonriente por que sus hijos encontraran un momento de diversión y dejaran de fingir ser los amargados y extraños que todo el pueblo creía conocer.

— ¿Y ahora qué hago? – pregunto Ángel, de verdad se sentía estúpido por tener que pedir indicaciones. El nunca lo hacía, de verdad que no.

Carlisle y Esme compartieron una sonrisa, era como tener a otro pequeño con ellos. 

– Solo cierra los ojos y concéntrate en encontrar algún ciervo, o cualquier animal. – dijo Carlisle, Ángel jamás había bebido de animales salvajes pero supuso que su sangre sería mejor que la de las ratas o los cerdos que solía comer en casa. Así que hizo lo indicado, Carlisle se le acerco, para instruirlo con calma.

THE TWILIGHT ZONE (Angel & Demian X La Saga Crepusculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora