THE TWILIGHT ZONE (Angel & Demian X La Saga Crepusculo)

CAPITULO 18: CORRE BEBE, CORRE

Así que todos se dispersaron en sus respectivos lugares de búsqueda, excepto Edward. Por supuesto que él no iría a la reserva, pues aun que no conocía bien al chico, estaba seguro de que no era tan estúpido como para regresar al lugar donde una noche antes, casi fuese devorado por un monstruoso lobo. No, el chico no era para nada estúpido, y si Carlisle tenía razón en sus palabras, y ellos eran más que un poco parecidos, entonces solo habría un lugar donde podría estar.

Así que Edward corrió lo más rápido que pudo, hasta llegar a playa, a La Push.

Había tomado la decisión de ir a buscarlo allí, debido a algo que había sucedido casi 100 años antes, cuando él y Carlisle Vivian en Provins (región de Ile de France). No había sido algo tan diferente a lo que había pasado con Demian y su padre, ellos también habían discutido por una tontería que ya ni siquiera recordaba. Lo que si recordaba, es que Carlisle le había llamado niño mimado, que no poseía ninguna idea de lo que era vivir en el mundo real. Y para él, en ese entonces, aquello era una gran ofensa. Pues seguía siendo Edward Anthony Masen, el hijo prodigo de uno de los mejores abogados de la época. Y por ende, un experto conocedor del mundo. Así que había dejado a Carlisle con la palabra en la boca y salido corriendo de aquella modesta residencia en la que vivían.

Carlisle había tratado de atraparlo en el camino, pero él fue mucho más veloz y eventualmente termino deshaciéndose de él. Para entonces arribar a Le Bec-Hellouin (o como ahora suelen llamarlo, Alta Normandía) uno de sus lugares favoritos en el mundo, con casas hermosas y buenas personas. Paso varios escondiéndose en la residencia que solía pertenecer a su padre biológico, hasta que el coraje de la discusión se le paso y pudo regresar con Carlisle para solucionar las cosas. En aquel entonces, su padre no le había dado una zurra como castigo por haber desaparecido tantos días, eso vendría unos 5 años después, pero si se había llevado un buen sermón sobre lo peligroso que era andar solo por el mundo al ser un vampiro recién engendrado.

Fuese como fuese, si Demian y el se parecían, entonces el chico habría hecho lo mismo. Habría buscado un lugar hermoso donde pudiera pensar claramente, donde pudiera distraerse de su rencor, y no había mejor lugar para hacer eso que La Push. Y Demian lo sabía gracias a que Alice y Jasper le contaron un poco de la historia de ese lugar, durante su viaje al centro comercial, cuando a lo lejos habían visto la cima de la preciosa isla James.

Así que ahí estaba, sintiendo la brisa fresca del mar sobre su rostro mientras se abría paso entre la arena húmeda de la costa. A unos metros de él, había una fogata. Con un par de chicos sentados a su alrededor, asando malvaviscos y pasándola bien, y justo en la orilla de todos ellos, apartado, con las piernas abrazadas por sus brazos, se encontraba Demian.

Edward sonrió complacido, había tenido razón todo el tiempo. 

* * *

Demian había corrido lo más rápido que había podido en toda su vida. Pero toda su excitación por ello se había visto opacada por la tristeza que sentía en su corazón. Ángel nunca le había hablado como lo había echo aquella tarde, si, era cierto que discutían mucho, pero nunca le había hablado con tanta crueldad. Hasta esa tarde, Ángel había sido la única persona en su vida que no le había llamado estúpido, la única persona que había confiado en el, o al menos que lo había fingido. Ahora de verdad se sentía como un estúpido por haber creído que alguien en verdad podría quererlo, por haber pensado que en verdad ese sujeto tan cool quería ser su padre.

Había corrido tan rápido, guiado únicamente por los recuerdos del camino por el que Edward condujo aquella tarde, que estaba genuinamente sorprendido de haber aquello a tan majestuoso lugar. Aun cuando la brisa fresca le provocaba un frio terrible en el cuerpo, Demian no podría desear estar otro lugar. El nunca había conocido el mar, pero ahora que lo tenía delante, estaba bastante seguro de que era la cosa más hermosa que hubiese visto nunca, el lugar perfecto para vivir ahora que estaba claro que no regresarían jamás con Ángel. ¿Cómo podría?, si ya era bastante claro lo que este pensaba sobre él.