CAPITULO 8: NO TAN DIFERENTES

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Demian estaba limpiándose la sangre seca de la cara con un trapo húmedo, cuando se percato de la presencia de Edward. Que se había quedado parado en el marco de la puerta, con cara de pocos amigos. Bueno, aun que quizás esa era la única cara que tenia.

— Tenemos una ducha, ¿sabes? – dijo Edward de malos modos.

— Caray, ¿Cómo no lo pensé antes? – respondió con la misma ironía. Luego su sonrisita cínica se convirtió en una mueca de desprecio. — ¿Qué quieres?, te advierto que si has venido con una navaja. . .

Edward se burlo, interrumpiéndole. 

— ¿Para qué haría eso?

Demian se encogió de hombros.

– No sé, no soy yo quien goza de cortarle los brazos a los niños, mientras duermen.

— No seas exagerado, ni siquiera te he hecho daño.

— ¡¿Qué no?! ¡Me ha dejado marca, idiota! – y subió de nuevo su camiseta para mostrarle la cortada que tenía en el brazo. La había estado manteniendo oculta de Ángel para no armar un alboroto, pero ahora que el mismo tenía la oportunidad, no la dejaría pasar.

Edward contemplo la marca un instante. Aun que admitía para sí mismo que quizás se había pasado un poco de la raya con el tamaño de la misma, jamás lo admitiría en voz alta. Y mucho menos para ese pequeño malcriado. – Es una marca pequeña, la que tenias en la cara cuando te encontramos era por lo menos 10 veces más grande. . . – vale, quizás estaba exagerando un poco, pero quería crear un precedente. – Y se curó en un par de horas, no veo por qué haces tanto drama por una cortadita.

Demian sabía que ese tonto tenía la razón, pero no era la cortada la que le molestaba, si no el hecho de que se hubiese aprovechado de un momento de debilidad para lastimarlo. — ¿Solo te viniste a burlar de mi?, porque si es así. . . – Demian le indico la puerta, para que se marchara.

— Jajaja, no puedes echarme. Es mi casa.

— Okay, entonces me voy yo.

Demian se dirigió entonces a la puerta, pero Edward lo sostuvo del brazo para impedir que se fuera. Pues sabía que su padre cumpliría su amenaza si eso pasaba.

– Vamos, no seas inmaduro.

– Y tú no seas tan idiota. – Demian trato de tirar de su brazo para que le soltara, pero lo tenía muy bien agarrado. Así que con la mano libre trato de darle un puñetazo en la cara, pero Edward su propia mano libre para detenerle el puño.

— ¿Ves?, inmaduro – se burlo Edward.

— Soy más fuerte que tu. – aseguro Demian, y lo cierto es que Edward odia sentir que la fuerza de su pulo seguía aumentando y aumentando. No estaba tan seguro de si podría resistir mucho tiempo, pero el chico no tenia por que saberlo.

– Mira, podemos seguir todo lo que quieras, yo no me canso. O. . . podemos relajarnos, olvidarnos de estas tonterías y hablar ¿eh? ¿Qué te parece eso? – decía con un tono bastante lento para ser verdad.

Demian lo miro con odio, no quería dejar pasar una buena pelea, pero tampoco estaba muy seguro de cómo reaccionaría Ángel si armaba un alboroto en una casa ajena. Así que quito la mayoría de la fuerza en su puño. — No soy idiota, tú quieres algo. – le dijo.

Edward tuvo que admitir que en efecto, no era idiota. Así que le soltó el puño, y el brazo, y hablo antes de que fuese a arrepentirse. – Mira, lo que hice con escalpelo no estuvo del todo bien, yo. . . bueno tú, tú me golpeaste en el bosque y casi me rompiste la nariz. Un niño normal no puede hacer, no me puedes culpar por haberte herido cuando antes habías demostrado ser más fuerte. – dijo tan rápido, que era una suerte que los vampiros no tuvieran que respirar.

THE TWILIGHT ZONE (Angel & Demian X La Saga Crepusculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora