Ink sólo quería tenerlo a su lado.
Lo deseaba.
Amigo o amante - No importaba.
Sólo no quería tener a Error como un extraño.
***
-¿Sabes que hay algo que se llama "obsesión"?
-Sip. Y esa solo es otra de mis locuras. Hola y bienvenido.
******
Ésta obr...
Tengo que darme un break, pero no puedo. Estoy obsesionada.
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El día continuó como de costumbre: Ink desayunó, visitó universos, volvió a la Doodle Sphere por un tiempo, olvidó varias cosas. Ni siquiera podía recordar cómo llegó a casa, pero, dado que no había nuevas notas sobre su bufanda, nada importante debía haber sucedido.
Un invitado lo esperaba en casa. No era Error, ya que, incluso si realmente lo intentara, el glitch no podría acceder a la Doodle Sphere o la casa del artista por su cuenta. Esos dos lugares excluían a los intrusos.
Dream era la única persona a la que se le permitía visitar la casa de Ink sin invitación y en cualquier momento del día.
Ya que habían momentos en los que alguna pelea dejaría a Ink en el precipicio entre la vida y la muerte, y para asegurarse de que permaneciera aferrado a la vida, necesitaba ayuda inmediata. Entonces solo tendría que hacer una llamada, y era libre de desmayarse sabiendo que su mejor amigo lo ayudaría con seguridad.
-¡Buenas tardes, Ink! -Dream levantó una taza de té en señal de saludo-
-¡Buenas! Hazme un té también, por favor
Ink se quitó la ropa de abrigo y se sentó a la mesa, sacando al instante todas las galletas más sabrosas del envase que su amigo había traído.
Dream, también conocido como el guardián de los sueños, notó el apetito y el buen humor de su amigo, y su sonrisa se hizo astuta:
-Mi amigo, tienes 'He encontrado un nuevo calentador de cama' escrito en toda tu cara.*
El artista se atragantó, tosió y tuvo que beber el té.
-Estás mintiendo. -dijo Ink- Mi cara es ilegible: soy un esqueleto.
-Un esqueleto con unas pupilas muy expresivas.
Dream continuó sonriendo, tomando una nota mental de todos los cambios en las pupilas de su amigo. Le gustaban especialmente los destellos de corazones y tréboles de cuatro hojas.
-Es inútil mentirte. -suspiró Ink-
-Precisamente. Entonces, ¿qué tal si compartes las buenas noticias? ¿Quién fue el que sucumbió a tus artimañas?
-¿Estás preguntando con la esperanza de robarme?
Dream resopló e Ink le mandó un beso en broma:
-Pregunto para poder compadecer a la desafortunada víctima. -Dream sacudió la cabeza, manteniendo el tono de su voz juguetona-
-¿Por qué no te compadeces de mí? -Ink mordió otra galleta- No es mi culpa que todos mis amantes huyan de mi lugar con tanta prisa.
-No están huyendo de su lugar, Ink, huyen de ti, de tus sentimientos y comportamiento algo sociópata inducidos por la pintura, que se están convirtiendo lentamente en un trastorno esquizofrénico.
