Ink sólo quería tenerlo a su lado.
Lo deseaba.
Amigo o amante - No importaba.
Sólo no quería tener a Error como un extraño.
***
-¿Sabes que hay algo que se llama "obsesión"?
-Sip. Y esa solo es otra de mis locuras. Hola y bienvenido.
******
Ésta obr...
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Los viajeros del mundo aparecieron con una explosión. Literalmente. Se materializaron como un rayo de la nada y dieron la impresión de un avión cayendo sobre la ciudad italiana, con un rastro de humo detrás de ellos, su aterrizaje de emergencia fue dentro de una iglesia.
El reverendo de esa Iglesia era un Gaster, quien, en lugar de acurrucarse en el Núcleo, como la mayoría de sus alternativas, se hacía pasar por un hombre santo mientras el dobladillo de su túnica ocultaba su oscuro pasado y un arma.
Este último ya no estaba oculto, y el arma de metal apuntaba directamente a la frente del dragón. Todos en la iglesia siguieron el ejemplo del reverendo. Con susurros y chasquidos, toda la congregación sacó sus armas de fuego, señalando a los responsables de la interrupción del servicio divino.
-Oh, demonios. -siseó un adolescente en la espalda del dragón.
-No son demonios, solo estamos jodidos. -un esqueleto alto que llevaba una chaqueta de cuero se inclinó para ocultarse de las armas, él estaba sentado detrás de la muchacha-
-¡Rrr! -el dragón compartió su opinión-
-Te dije que deberíamos haber ido a UnderSwap. -susurró el esqueleto-
-¿Y que nos patee el trasero BlueScreen?
-¡Es mejor que un amigo nos de una patada en el trasero a que una bala de un psicópata nos impacte! Vale, Paps, ¿espero que seas a prueba de balas?. . . ¿No? Oh bien. Lo que digo es. . . ¡Sácanos de aquí!
El dragón de hueso tragó saliva y extendió sus alas.
La congregación, el reverendo: todos quedaron impresionados por la ráfaga resultante, y el techo ganó un segundo agujero del tamaño de un dragón.
Los desafortunados viajeros no tuvieron tiempo de relajarse antes de que casi les dispararan. El Sans local -llamado Sin- estaba parado en la azotea y recargando un rifle. En el universo italiano trabajaba como asesino, y era uno de los mejores. Los otros dos de los mejores, Gaster y Asgore, se unieron a él en el techo.
Si el dragón no estuviera hecho de huesos, habría ganado algunos agujeros nuevos en su cuerpo. El esqueleto logró esquivar las balas, literalmente, y el adolescente se protegió con su simbionte.
-¡Venga! ¡Venga! ¡Venga!
Solo más allá de las fronteras de la ciudad los tres se sintieron relativamente seguros. El esqueleto y el adolescente cayeron al suelo cubierto de hierba, besaron el suelo con alivio.
-¡Rrr! -el dragón les gruñó-
-Lo siento, Paps. -el esqueleto se puso de pie- Pero eso fue demasiado.
-Y todo comenzó cuando decidiste ser grosero con Genocide!Papyrus. -el adolescente casi replicó el gruñido del dragón- ¿Qué estabas pensando, G?! Te hemos advertido que seas considerado con él. Está loco.
