Ink sólo quería tenerlo a su lado.
Lo deseaba.
Amigo o amante - No importaba.
Sólo no quería tener a Error como un extraño.
***
-¿Sabes que hay algo que se llama "obsesión"?
-Sip. Y esa solo es otra de mis locuras. Hola y bienvenido.
******
Ésta obr...
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Esa noche, Ink tuvo un sueño extraño.
A propósito bebió las emociones que había recibido de Error para hacer que fragmentos de recuerdos volvieran a entrar en sus sueños. Esto resultó en un sinsentido extraño e ininteligible lleno de parásitos morados. Salieron de un tubo de ensayo y llenaron todo el laboratorio, enrollando sus tentáculos a su alrededor para evitar que se moviera. En la esquina del laboratorio, de espaldas a Ink, alguien se sentó, llorando.
Ink gritó, llamó al extraño, prometió ayudarlos, pero ese ser no le prestaba atención al guardián y seguía llorando. Se dio la vuelta solo al final del sueño sin sentido.
Por razones desconocidas, el extraño resultó ser Geno. Las lágrimas caían del único ojo del monstruo; una sonrisa loca estaba atrapada en su rostro. Solo cuando el prisionero de la SaveScreen se dio la vuelta completamente, Ink vio lo que tenía en sus manos. Estaba haciendo algo horrible: en una mano sostenía el alma de alguien, y su otra mano estaba clavando su propio fragmento de alma en el alma ajena.
-¡Él puede oírte! -dijo el loco Geno y luego. . . Ink se despertó-
Después de un sueño como ese, ni el té de manzanilla ni el regalo de Dream lo ayudaron a volver a dormir. En el momento en que cerraba los ojos, su mente sacaba a relucir la imagen de los parásitos y el loco Geno.
Esa loca visión no le dio respuestas, pero, al menos, ya no tenía sueño. Entonces el guardián decidió no posponer hablar con Merisk y fue a la Doodle Sphere para abrir un portal al AU más horrible: HELP_Tale.
El mundo espeluznante lo recibió con un silencio familiar, el olor a polvo y con los árboles torcidos. Los monstruos habitantes del lugar, desfigurados por la imaginación del Creador, un amplio espacio, Ink buscó encontrarse con la colorida Frisk, o con el humano local, para poder preguntar dónde encontrar a la viajera.
Sin embargo, dos horas de ardua búsqueda no produjeron resultados.
El último lugar donde buscó a los humanos fue en la boca del Sans local.
-¿Estás seguro de que no los has comido? -el artista enojado lo miró con ojos en forma de cruz-
-¡Yo no los comí! -reclamó el monstruo acorralado-
El artista regresó a su casa sin respuestas. Pero la sorpresa que lo esperaba en casa le quitó la tristeza de la búsqueda inútil en un instante.
-¿Tienes chocolate caliente? -Error preguntó mientras buscaba en la cocina-
-En ese armario de allá. -el guardián estaba feliz de ver a su amante y se acercó para abrazarlo por la espalda-
Sorprendentemente, no recibió ninguna de las amenazas esperadas, bofetadas o promesas de dolor.
Error soportó estoicamente la ola de problemas técnicos y exigió que Ink atendiera a su invitado, es decir, "¿Me haces un chocolate caliente? ¡Pero ya!" y luego, en silencio, observó al guardián quejarse, pensando: qué bastardo soy.
