Llegamos a mi casa y yo me bajé del Jeep despidiéndome de los demás. Cuando entré a mi dulce hogar, donde creía que podría dormir placidamente, lo primero con lo que me encontré fue la oscuridad… y luego con el sonido de un pato.
¡¿Qué diablos hacía un pato en mi casa?!
No tuve tiempo para pensar la respuesta ya que por los «Cuack» se iba acercando a mi. Comencé a correr a pesar de no ver ni un rábano, hasta que choqué con las escaleras y caí. El endemoniado animal —que me había estado persiguiendo— me picó la pierna.
—¡Pato hijo de perra! —chillé parandome como pude y subiendo las escaleras tropezando cada dos por tres.
Cuando llegué arriba, escuché sus sonidos acercándose, por lo que hice lo primero que se me ocurrió.
—ADAAAMS —grité corriendo a su habitación y entrando sin permiso para luego cerrarle la puerta al pato.
—¿Mad? —preguntó en la oscuridad — ¿Por qué gritas?
—¡UN PATO QUIERE MATARME! Auch, ¿qué es esto? —me quejé cuando mi pie se resbaló con algo y quede con mi culo aplastado contra el suelo de cerámica. Tomé al culpable de mi caída en mis manos, era fino y estaba pegajoso…
Oh. Dios. Mío.
—¡Aaaaaahh! ¡Que asco, que asco, que ascoooo! —chillé lanzandolo hacia algún lugar de la oscuridad.
—¿Con qué me pegast…? Oh, eh, cuidado por donde pisas, enana —murmuró el desgraciado.
Limpié mi mano con la frazada de la cama una vez que me había acercado a ella. Luego de tocar la cara de mi hermano y ver que estaba ahí, sentí una almohada al lado con la cual le pegué en la cara hasta que me dolieron los brazos.
—Estúpido —golpe — calentón —golpe —de —golpe —mierda.
—Ya, ya, vas a deformar mi cara, hermanita —agarró mi almohada y prendió la luz del velador, logrando que vea mi alrededor.
Oh, estaba mejor a oscuras.
Ropa tirada —aunque la mía estaba igual—, cajas de pizza tiradas junto con unas bragas rojas diminutas, boxers colgando de su computadora, y paquetes rotos plateados habían por donde mires.
—Diuj —dije una vez que aparté mi cara del desastre y la enfoque en mi hermano —. Bueno, ¿me puedes decir porque hay un pato tras la puerta intentando matarme?
—Oh, Donald, es un pato que me encontré —dijo Adams encogiéndose de hombros y recostándose de nuevo mientras tecleaba su celular.
—¿Qué? ¿Ahora se encuentran patos en el centro comercial? —levanté una ceja.
—Mi amigo lo encontró en un viaje de familia y lo trajo, pero su padre es alérgico así que me lo dio a mi —sonrió de la misma forma que yo sonreía a mi padre, inocentemente.
—¿No pensaste que el pato querría matar a alguien? —me senté en su cama apartando sus piernas — O mejor aún, ¡que yo le tengo pánico a las aves!
—Pero los patos no vuelan…
—¡Los patos si vuelan, imbécil!
—Oh, bueno, pero son mejores que las palomas que te atacaron hace dos años.
—¡LOS PATOS TAMBIÉN TIENEN PICOS! ¡SON IGUAL DE PELIGROSAS! —chillé moviendo mis brazos exageradamente.
—Bueno, tendrás que perder la fobia porque Donald se queda —sentenció.
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No Soy La Típica Chica© (Cancelada)
Humor«-No lo repetiré dos veces, así que espero que lo entiendas con ese maní que tienes de cerebro: NO. SOY. LA. TÍPICA. CHICA.» #42 in Humor. 25/04/2015. #32 in Humor. 09/06/2015. #28 in Humor. 11/06/2015. #17 in Humor. 14/07/2015. #16 in Humor. 12/09...