No Soy La Típica Chica© (Cancelada)

18. Indirectas directas.

Jamie’s POV.

  Cuando desperté lo primero que sentí fue un brazo rodeando mi torso, luego cabello en mi boca y finalmente un cuerpo pegado a mío. Agh, comenzaba a tener calor y Kristen terminaba agarrada de mi como un koala. Me dolía la cabeza como mil demonios.

  —Kristen —la moví del hombro un poco brusco. 

  —¿Qué ahdjdsa? —preguntó adormilada mientras se acurrucaba más contra mi. 

  —Diablos, que te salgas de encima —gruñí con frustración quitando su brazo de mi y empujándola para poder levantarme. 

  —Odio cuando tienes resaca —murmuró sentándose sin preocuparse en taparse su sostén de encaje. 

  —Y yo odio que seas tan pegajosa. 

  Me levanté y vi que solamente estaba en boxers. 

  —¿Qué sucedió anoche? 

  —Viniste ebrio, por suerte mis padres están de viaje, luego estabamos por tener sexo pero tu te quedaste dormido antes de que suceda —bufó.

  Me vestí completamente con la ropa que tenía esparcida por el suelo y cuando estaba por salir por la puerta, Kristen me tomó del brazo haciendo que la mire. 

  —Oh, tu no te vas a ninguna parte, Jamie —sonrió seductora. 

  —Kristen, debo ir a mi casa, adiós —intenté que me suelte pero clavó sus uñas largas en mi brazo. 

  Aquí vamos otra vez… 

  —Entonces —se colocó de puntitas de pie y me dio un beso en los labios —, te acompaño, nunca se puede dejar solo a un cumpleañero. 

  No estaba de humor como para discutir con Kristen, por lo que me encogí de hombros sin interés de verdad. Entendiendo que podía hacer lo que quiera, chilló con voz aguda —cosa que odiaba que haga— y corrió a su armario para ponerse un vestido que apenas le tapaba el culo y unos tacones negros. Nunca entendería porque tanta producción si luego terminaría sin nada puesto…

  Fuimos hacia mi moto y de ahí conduje hasta mi casa, ignorando el parloteo de Kristen desde mi espalda. Era irritante, tal vez peor que eso, pero era buena en la cama y una gran forma de desconectar la mente por un momento. 

  Al llegar a mi casa, bajamos y Kristen se rodeó con uno de mis brazos y comenzó a darme besos en el cuello cuando le dije que mis padres no estaban por negocios. Justo cuando nos adentramos en mi casa, la luz se prendió y los chicos, Luce y Madison aparecieron gritando «¡Feliz cumpleaños!». Aunque luego de ver a Kristen prácticamente enrollada en mi levantaron una ceja y se rieron cómplices, claro, menos Madison que tenía el ceño un poco fruncido. Pero yo no me detuve ahí a mirarla. Estaba cambiada, era como ver a Mad pero a la vez no. Llevaba un vaquero negro apretado que le quedaban espectaculares en sus piernas, un top que llegaba solo a su ombligo, una chaqueta azul marino y unas Vans. Su cabello estaba suelto como siempre, salvo por unas pequeñas ondulaciones en las puntas. ¡Hasta tenía brillo labial! Me preguntaba de qué sabor serían… hasta que las palabras de mis amigos tuvieron sentido para mi, pero aún así —queriendo asegurarme que no estaba equivocado—, pregunté: 

  —¿Qué es esto? —aparté el brazo de Kristen y miré las decoraciones de cumpleaños que había en mi casa. Habían globos, unos carteles de cumpleaños de colores, una mesa llega de Lay’s, Doritos, Coca-Cola y más y una torta en el medio. 

  —Tu fiesta de cumpleaños —vino hacia mi Alex, quien me palmeó la espalda. 

  —Saben que no me gusta festejar mi cumpleaños —endurecí la mandíbula con enojo.