No Soy La Típica Chica© (Cancelada)

13. Esa palabra.

NOTA VERY VERY IMPORTANTE ABAJO DE TODO. POR FAVOR, LEANLO.

  —¡¿Qué?! —gritamos todos al unísono con espanto. 

  —Dejen de gritar —refunfuñó el director acariciándose la sien y haciendo una mueca de molestia —. Si, lo harán si no quieren ser suspendidos. 

  Solté palabrotas por lo bajo. ¿Quién diablos podía ser tan cruel para hacer tal cosa? Claro, mi no tan querido director. 

  —Tardaremos semanas —dijo Logan con fastidio. 

  —Bueno, mejor que comiencen desde hoy a la tarde o se extenderá a meses —bebió otro trago de su bebida. 

  Gruñí mientras me cruzaba de brazos. 

  —¿Sabe? Si busco en Google esto, el resultado sería MALTRATO INFANTIL —le comuniqué con las esperanzas de que su decisión sea removida.

  —Deje de dramatizar, señorita Redmond. Lo harán, así aprenderán a no correr por los pasillos cuando deberían estar en clases —dijo como últimas palabras. 

  Cuando estabamos saliendo de la oficina del director, vi como el hombre-mujer sonreía satisfecho. Lo fulminé mirada, cosa que fui correspondida. 

  —No puedo creer esto —murmuró Lucas con fatiga. 

  —No quiero hacerlo —me quejé haciendo un mohín. 

  —Pero lo harás —dijo Jamie removiendome el pelo, haciéndome ver seguramente más desastrosa de lo que estaba —, a fin de cuentas, es culpa tuya. 

  —Para el carro, amigo —fruncí el ceño —. Esto tenemos la culpa todos, así que no te hagas el santo aquí. 

  —¿Segura qué es mi culpa? ¿Quién nos comenzó a perseguir? —levantó una ceja. 

  —Si, yo, pero usted… 

  —No, Madison, no tenías porque corrernos como una maniática —se cruzó de brazos mientras se encogía de hombros. 

  —Imbécil —gruñí lanzandole dagas con la mirada. 

  —Tonta. 

  —Estúpido. 

  —Histérica. 

  —Patán. 

  —¿Quién demonios dice patán en el siglo XXI? —me miró raro. 

  —¡Yo! —rodé los ojos. 

  Miré hacia donde debía ir para mi clase, pero me encontré con el pasillo totalmente vacío, salvo por el de mi al lado. ¿Se habían ido y me habían dejado sola con el mono ese? Vaya amigos… 

  —Me voy a clases —dije caminando hacia la izquierda. 

  —Recuerda que tenemos teatro y luego de hacer el castigo del director tenemos que hacer el trabajo —me avisó desde atrás. 

  —¡Mi vida es una mierdaaa! —lloriqueé dramáticamente caminando como un zombi hasta mi clase. Pude escuchar la carcajada de Jamie a lo lejos. 

  —¡Seguro que yo la mejoro! —gritó el chico que había dejado atrás. 

  —¡La peor parte que tengo que hacer todo contigo! —lloriqueé más fuerte mientras levantaba los brazos al cielo — ¿Qué te hice, Dios, para merecer esto? ¡¿Qué?! 

  —Deje de lamentarse, señorita, interrumpe mi clase con sus gritos —un profesor me habló desde la puerta de un salón, mirandome con el ceño fruncido.