20. El apagón.

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LEER NOTA DE ABAJO, POR FAVOR :) 

  Cuando eché a todos de mi cuarto —menos a Luce— todos comenzaron a quejarse por el animal que se encontraba rondando por el pasillo, por lo que fue doble satisfacción escucharlos chillar como niñas y los «Cuaks» de Donald. 

  —Entonces —dijo Luce mirándome con un brillo en los ojos cuando los aullidos de nuestros amigos se fueron hacia el primer piso —, ¿tu y Jamie, eh? 

  —No pasó nada —dije con calma mientras caminaba hacia mi ropero para sacar un pantalón corto gastado, una remera floja blanca sin gracia e intentar encontrar alguna de mis zapatillas ya que las que usé el día anterior se había llenado de arena. 

  —¿Y porque dormían tan acurrucaditos? —escuché como mi cama se hundió al acostarse ahí. 

  Metí mi cabeza en la parte de abajo para ver si encontraba mi zapatilla vieja en entre todas las que tenía. 

  —Él ya lo dijo, no podía ir a su casa y no iba a ser tan mala persona como para hacerlo dormir en el suelo —expliqué tirando una de mis zapatillas hacia atrás. 

  —Ya veo —por su tono condescendiente, entendí que Luce no me había creído, aunque sea la única verdad. 

  —¡Aquí estan! —grité al encontrar mis All Stars negras por debajo de todo. 

  Luego de cambiarme en el baño —y escuchar a Luce quejarse de mi poco estilo— bajamos hacia donde estaban los chicos con mi hermano. Supuse que mi padre ya se había ido a trabajar. 

  Odiaba cuando se quejaban de mi ropa, era algo personal, mío, pero Luce lo hacía de una manera diferente a cuando lo hacían las chicas del colegio. Hacía bromas ligeras y se reía de ella misma cuando lo que decía no tenía mucho sentido. Para ser una chica que iba a un colegio solo para mujeres, era bastante parecida a mi, que mi conducta era más masculina que femenina. 

  Al bajar, las miradas se concentraron en mí, pero más la de mi hermano, quien parecía que en cualquier momento reventaba de rabia. 

  —¡¿CÓMO ES QUE ESTE ESPÁRRAGO DURMIÓ CONTIGO?! —mis ojos se abrieron hasta que pude jurar que se me salieron.

  —¿Quién te ha dicho esa mentira tan mentirosa? —pregunté intentando mantener mi voz en calma y no entrar en histeria. 

  Adams señaló a los chicos, que me miraron con miedo. 

  —¡Claro que eso no es cierto, tonto! —mi risa pareció tan verdadera que podría hacerme ganar el Oscar. Me acerqué a ellos, mirando a mi hermano — Ellos solo te tomaban el pelo, hermanito, y tu fuiste tan imbécil como para creerles, ¿o no, chicos? —mientras Adams miraba hacia los chicos, yo les articulé con la boca un “los mataré”. 

  —Si, era solo una broma —dijo Lucas con una sonrisa, aunque pude notar que me miraba con pánico. 

  —Oh, bueno —mi hermano sonrió feliz y besó mi frente —. Me voy con unos amigos, enana, intenta no quemar la casa, ¿ok? 

  Solté un bufido. 

  —Ok. 

  Al cerrarse la puerta principal, giré mi cabeza como el exorcista. 

  —No hagan movimiento brusco, chicos —murmuró James. 

  —¡Los voy a matar! —grité y comencé a perseguirlos. Escuché el grito de una chica y creí que sería Luce, pero fue el rubio.

  Luego de corretearlos —y esquivar al pato que me perseguía a mi— todos nos sentamos en los sillones y nos quedamos en silencio. 

  —Ni ganas de moverme de aquí —soltó Dick, sosteniendo una almohada sobre su rostro. 

No Soy La Típica Chica© (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora