5. Abrazo de cabezas.

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  Todos entramos a la sala del cine y nos acomodamos en los asientos del medio. No estábamos ni muy abajo ni muy arriba. Yo estaba entre Logan y, para mi querida desgracia, Jamie. Él realmente se estaba empeñando en molestarme… 

  Lo primero que apareció en la pantalla era una propaganda de Coca-Cola, luego de más películas que se iban a estrenar pronto. Todo iba genial los primeros quince minutos de la película, comía las palomitas como si mi vida dependiera de ello, ignoraba cada roce que mi mano tenía con la de Jamie cada vez que iba a tomar un poco de comida en mis manos y bebía mi bebida. Pero alguien me patió el asiento. Primero creí que capaz se movió y lo hizo sin querer, hasta a mi me ocurría a veces, pero no. Sucedieron cuatro veces más, y, o lo hacía a propósito porque no tenía nada mejor que hacer o tenía hormigas en los pantalones. 

  Solté un bufido ya en la sexta vez que me pateaba y me volví hacia atrás, para encarar al pesado o pesada por el espacio que había entre el asiento de Jamie y el mío. 

  —¿Quieres dejar de patear el puto asiento? —le dije a un chico de mi edad o más. Estaba con sus amigos o lo que sean. 

  —¿O que? —me miró mientras sonreía arrogante. 

  Bien, niño bonito, te voy a partir la puta cara. 

  —Shh… —dijo uno los demás asientos para luego volver su atención a la película. 

  —O sufriras las consecuencias… —lo fulminé con la mirada. 

  Se echó a reír irónicamente junto con sus amigos que estaban atentos a la pequeña disputa. 

  —¿Que me podría hacer una niña como tu? —dijo acercándose más hasta que estuvo a varios centímetros de mi cara. 

  Dime que no ha dicho lo que creí que dijo… 

  —Calma, Mad —dijo Jamie mientras me tomaba del brazo y me colocaba bien en mi asiento. 

  —Eso, nena, hazle caso a los hombres como debe ser —dijo desde atrás. 

  Chau paciencia. 

  —No lo ha… 

  No pude dejar terminar a Jamie la oración cuando me paré, me subí en el asiento recibiendo un par de quejas y me tiré encima del imbécil con un grito de guerra. 

  —Niña seras vos, pedazo de machista —dije entre dientes mientras lo agarraba del cuello de su remera y me miraba sorprendido por mi rápido movimiento. 

  —Wow, nena, no sabía que eras rápida —luego de eso, le encajé un puñetazo en la nariz —. ¡Perra! 

  —¡Nadie llama perra a nuestra amiga, hijo de puta! —dijo Dick mientras le daba un puñetazo. 

  Ahí es cuando se armó una pelea en el medio de la función del cine. 

  Los amigos del chico que lo tenía agarrada del cuello saltaron hacia mis amigos por habérselas agarrado con su “líder”. El chico que ahora tenía sangre en la nariz, me tomó fuertemente de las muñecas y me pegó a él. Lastima que yo era mucho más rápida. Cuando había visto su intención, levanté mi rodilla y se la clavé en su amiguito. Un gemido de dolor salió de sus labios mientras desaflojó el agarre de mis muñecas. 

  Alguien me corrió de ahí y pude ver la espalda de Jamie. 

  —Nadie. La. Toca. ¿Esta claro, hijo de puta? —le dio otro puñetazo. 

  El chico ya estaba medio moribundo cuando varios guardias interrumpieron el pleito. 

  —Ah pero todos ustedes si ¿no? Se nota que ya se metieron en sus pantalones… —dijo mientras me daba una sonrisa sangrienta. 

No Soy La Típica Chica© (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora