No Soy La Típica Chica© (Cancelada)

25. ¿Qué dices que dijiste que dije yo, idiota?

Capítulo dedicado especialmente Sol (Missed_Thing) que me leyó en clase e intentaba no reírse y se quedó hasta la madrugada leyendo como toda una loca lectora. :)

Capítulo dedicado a:

@morekisses

@NOBODYSPECIALUuUr

@NazliOjeda

@MarianaCuetoMendoza

@IngridJuliethOspinaO

@SkyBlackfour

@LosingGripMe1

@fenix200197

  —Oye, cálmate, fiera —rió Jamie.

  —Lo haré cuando me digas que pasó anoche —levanté mi brazo con otro peluche grande, amenazando con tirarlo contra él. 

  Jamie me miró divertido y burlón, apoyándose con sus codo en la cama. 

  —La pasamos genial... 

  No lo dejé terminar porque le tiré el peluche al rostro. 

  —Haz otro chiste de esos y te tiro una moneda en el medio de la frente —me acerqué un paso a la cama —. ¿Qué pasó anoche? 

  Soltó un suspiro mientras rodaba los ojos. 

  —Te emborrachaste, hiciste el ridículo, le dijiste a una chica eras mi novia y te traje aquí como el caballero que soy. 

  Entrecerré mis ojos hacia él. 

  —¿Y por qué estás casi desnudo? ¿Y por qué yo no tengo mi ropa? Y más importante, ¡¿por qué le diría a una chica que era tu novia?! 

  —Celos —guiñó un ojo —. Y lo demás... tú tenías calor, comenzaste a quitarte la ropa, y yo te di mi remera. Luego a mi me dio calor, así que me quité el pantalón. 

  Abrí mi boca, sin poder creérmelo. Más que estar borracha, parecía que me había abducido un extraterrestre... 

  —¿Así porque sí? —hice una mueca rara — ¿Y si mi papá entraba y nos veía así? 

  Se encogió de hombros, despreocupado. 

  —Tu papá me ama. 

  —¿Y mi hermano? —levanté una ceja. 

  —Ugh, bueno, eso habría sido doloroso... 

  —Yo lo hubiera ayudado a despedazarte —gruñí caminando hacia un costado de la cama. 

  —Oh, no creo que pienses eso, pequeña Mad —sonrió de lado colocando sus manos detrás de su cabeza —, no con semejante declaración que me hiciste anoche. 

  Oh, no, no, no, no, no, esto no puede ser. 

  Me aclaré la garganta. 

  —¿Qué... declaración? 

  —La que tu decias que te gustaba y por eso me odiabas —rió al ver la expresión de mi rostro —, sí, yo estaba igual. 

  —¿Qué dices que dijiste que yo dije, idiota? —la sangre se concentró en mis mejillas, pero seguí hablando enojada —. ¡Yo jamás, pero jamás, pude haber dicho eso! Por Dios, ¡estaba borracha! Digo cualquier cosa cuando lo estoy. 

  —También dijiste que mi trasero era muy lindo... —sonrió macabramente. 

  Mis ojos se abrieron en par en par.