La primera noche en prisión dicen que nunca se olvida, ahí es cuando de verdad te das cuenta donde estás metida y te vienes abajo. No consigues dormir ya que escuchas todos los ruidos a tu alrededor; puertas, abrirse y cerrarse, ronquidos, lloros, charlas... Todo.
Mara pensaba en ella, en quien era ella fuera de esas paredes de hormigón y en lo que la llevó a cometer ese delito. A sus veintisiete años, tenía una vida de ensueño, conseguida con sudor, lágrimas y mucho trabajo. Pero eso ya daba lo mismo. Tenía que ser fuerte y afrontar todo lo que se le venía encima. Al fin y al cabo, estaba ahí por su propia culpa y por sus decisiones.
Secó las pocas lágrimas que consiguieron ser liberadas y cerró los ojos para intentar conciliar el sueño. Pero el sonido de la vibración de un móvil le hizo afinar su oído. Dicha vibración venía justo de la cama de encima de ella, por lo que entendió dos cosas: Zulema escondía un móvil, que la permitía estar en contacto directo con el exterior, y alguien la estaba llamando.
—Habibi.
Mara supo sobre la marcha quien llamaba a la mora. No lograba escuchar que era lo que él le decía, pero si las contestaciones de Zulema. Hablaban en árabe, su idioma natal. Lo que nadie se imaginaba es que Mara, también entendía y hablaba árabe a la perfección. Era parte indispensable para formar parte del CNI; además, había estado destinada en sitios como Siria, Líbano e Irak, unas seis veces. Eso en números significaba que había vivido allí, de misión, unos tres años.
Escuchaba como Zulema se ponía nerviosa y hablaba con enfado. Logró escucharla decir algo así como que era imposible que no hubiera nada de información sobre una persona, que no se supiera nada de la familia de alguien...
Al colgar la llamada. Zulema saltó de la litera, sigilosamente, y se agachó en cuclillas hacia la cama de la nueva. Estaba dormida por lo que no se enteraba de nada, o eso le parecía a ella. La observó, ahora sí que, con detenimiento. Sin que ella la descubriera.
No entendía como Hanbal no había podido descubrir nada sobre ella. NADA. Cero información. Ni su casa, ni su familia, ni su trabajo. Nada de información con la que poder hacerle daño y tenerla relajada y callada.
—¿Quién eres? —susurró Zulema, frunciendo sus ojos.
Mara escuchaba todo y sentía todo. Ella seguía despierta, aunque fingía no estarlo. Y lo fingía bastante bien, ya que Zulema no se había dado cuenta.
La novata sabía que si abría los ojos, se daría de bruces contra la mora, puesto que ahí seguía mirándola. Entendió entonces, que la persona de la que hablaba con el egipcio, era de ella misma. Había intentado buscar cosas personales de ella, sin éxito, aparente. Entendió entonces, que seguía estando en la base de protección del CNI.
Cuando entras a formar parte de ese equipo te meten en un programa de protección. Aunque la protección no sea hacia ti directamente, tú estás en primera línea de fuego; pero borran todo lo que te pueda hacer daño. Todo lo que pueda desestabilizar tu trabajo, lo borran, informáticamente hablando. Tus padres no son tus padres, tus amigos no son tus amigos, tu casa no es tu casa... Es como si te convirtieran en robot, nacida únicamente para el trabajo.
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𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐎𝐋 ~𝘻𝘶𝘭𝘦𝘮𝘢 𝘻𝘢𝘩𝘪𝘳
Fanfiction¿Cuál es el momento, en el que decides mandar todo a la mierda y poner en riesgo la vida de ensueño que creías tener? ¿En qué preciso momento te das cuenta, que todo lo que creías bueno, era malo, y viceversa? Mara Soler, ex miembro reconocido del...