CAPÍTULO XIX

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Miércoles, 21:00h

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Miércoles, 21:00h. Quince horas para la fuga. 

Cuando estás acostumbrada a ver a Zulema Zahir en un continuo estado de control e ira, se te hace extraño el momento en el que la ves en un punto más relajado.
Eso es lo que le estaba ocurriendo a Mara mientras la observaba desde su mesa al otro lado del comedor.

Ver a Zulema despreocupada, tranquila, disfrutando de la mierda de comida que le habían dado para cenar no era normal. Ella perfectamente sabía que la pelinegra nunca podía estar en paz y menos encerrada entre cuatro barrotes. Es entonces cuando confirmó que toda la locura que le había revelado Casper era total y absolutamente cierta.

Mara no se pudo controlar y empezó a reírse para ella misma sin que nadie más se diera cuenta. Pensar en esa mujer que tanto le atraía como si fuera un terminator andante capaz de hacer agujeros en paredes no era para menos. Se la imaginaba como un robot humanoide, indestructible y desatadora del caos en Cruz del Sur. Es increíble, pensó.

Al terminar de cenar depositó la bandeja en el carro que había para eso y tomando una gran bocanada de aire se dirigió a la mesa donde se encontraba la mujer. Sus pasos eran lentos, su cabeza estaba ahora mismo pensando en todas las posibles reacciones que podía tener la mora y las mil formas que debía tener claras para poder defenderse. 

Como si fuera una bruja, Zulema parece que había adivinado lo que estaba sucediendo, ya que levantó su mirada hacia la chica obligandola a darse más prisa por acercarse. Sus miradas se había encontrado, mostrando esa faceta indiferente que parece que se habían obligado a mostrar después de su momento de intimidad. 

—Bonito corte de pelo. —expresó Mara, sentándose en la misma mesa que la contraria. Estaban solas, cosa que había hecho que el comedor entero fijara las miradas en ellas.

—¿Qué quieres? —inquirió Zulema, frunciendo el ceño. 

—¿No puedo venir a hablar con una amiga "especial"? —Mara había recalcado la última palabra con sus manos, haciendo el gesto de las comillas. Zulema chasqueó la lengua, mientras intentaba apaciguar al demonio que llevaba dentro y amenazaba con salir. 

—Tu y yo no somos amigas. Así que, aire. 

No soportaba tenerla cerca. Para Zulema, Mara se había convertido en la persona culpable de hacerla perder el control. 

Desde que entró en Cruz del Sur su relación no había sido la mejor. Siempre había sido una relación como la de dos gallos en un mismo gallinero; ambas capaces de hacer perder el respeto a la contraria. Pero esta vez era diferente. Esta vez el gallo había sentido sentimientos por el otro gallo, y eso no era tan fácil de llevar. 

Mara era la culpable de hacerle sentir esos sentimientos, de hacerle perder el control, de hacerle cuestionar su sexualidad, de hacerle sentir débil… para la mora, Mara era su puto talón de Aquiles. 

𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐎𝐋 ~𝘻𝘶𝘭𝘦𝘮𝘢 𝘻𝘢𝘩𝘪𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora