CAPÍTULO XIV

2.2K 185 6
                                    

Otro día más amanece en Cruz del Sur, monótono y aburrido como el día anterior y el anterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otro día más amanece en Cruz del Sur, monótono y aburrido como el día anterior y el anterior. Mara se encuentra en su celda mirando por la pequeña ventana hacia el exterior. 
El día amanece gris y lluvioso. De esos en los que apetece estar en casa sola, bajo la manta y viendo cualquier serie favorita mientras te atiborras de cotufas y café caliente. Sueña con estar detrás de esa pequeña ventana, lejos de Zulema, de Castillo, de todos; pero los sueños, sueños son, toma aire y se prepara mentalmente para su día. 

La chica está en su mundo, encerrada en sus pensamientos y en sus anhelos, cuando Saray entra por la celda y la observa para ver lo que hace. Pero no hace nada, ni siquiera se da cuenta de la mirada de su compañera, sigue observando lo que ocurre detrás de la ventana. 

—¿Qué pasa, paya? —la voz envolvente de Saray, hace que pegue un pequeño brinco del susto. No sabía que estaba allí. 

—Me llamo Mara, Saray. Llevo un mes aquí y todavía no te he escuchado decir mi nombre.

La chica no entendía a cuenta de que, Saray le hablaba. Nunca lo había hecho. Siempre le hablaba Zulema, ella aunque estuviera al lado, se limitaba a escuchar y observar. Saray no se fiaba, se lo veía en su manera de actuar frente a ella. Estudiaba todo al milímetro y cuando hablaba, si Mara estaba cerca, no expresaba más de tres palabras. 

La gitana rodó los ojos, mientras se acercaba y se sentaba en la cama de la chica. Mara la miraba con una expresión perpleja. 

—Perdona tía, es que sabes tú que no suelo ser muy simpática con la gente. 

—¿Qué quieres, Saray? 

—Na'. ¿Qué pasa? No puedo acercarme a mi compañera de celda. 

—Nunca lo has hecho. —dijo recordándole todo ese tiempo que habían tenido que pasar juntas. 

Saray no sabía qué contestar. La verdad era que no se había acercado a ella porque algo en su interior le decía que no lo hiciese, que las iba a joder, a ella y a la mora. Pero ya no quería saber nada de Zulema y ya le daba igual que esa paya la jodiera. Más aún, quería hacerse amiga de ella, para tener la oportunidad de joderla y enfrentarla ella también. 

—Oh, la, la. Pili y Mili.

La característica voz de la mora hacía su aparición por la celda 234, descubriendo lo que probablemente sería una alianza en su contra: Saray, su ex mejor amiga y Mara. 

Saray la observaba con odio. No olvidaba, ni perdonaba lo que le había hecho a Macarena y tampoco lo que le había hecho hacer a ella. Porque si ella hubiera sabido del embarazo de la rubia, nunca hubiera participado en el lío que se formó. 

—¿Algún problema? —inquirió la gitana, arrugando la nariz, conteniendo la rabia. 

—El problema es el vuestro si me entero que vais contra de mí.

𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐎𝐋 ~𝘻𝘶𝘭𝘦𝘮𝘢 𝘻𝘢𝘩𝘪𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora