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Hace cuatro años atrás

La vida de Jisoo era como la de cualquier estudiante normal, tenía un horario ajetreado, muchas tareas, proyectos que cumplir y a un padre el cual debía de mantener orgulloso.

Pero había algo en la que ella no estaba de acuerdo, y eso era ser una ídol. Su padre quería llevarla por el mismo camino que había llevado a su hermano, y viendo como su gemelo pasó de ser alguien amable y con educación, en convertirse alguien arrogante y creído, la hizo ver que la fama no era para ella y menos si eso significaba convertirse en alguien que no era.

Ella fue testigo de los cambios de su hermano; tuvo que dejar su amado cabello color negro para ir cambiándolo de un color distinto cada una semana, o máximo, cada un mes. Tuvo que seguir una dieta estricta y dejar todo aquellos postres que tanto le encantaban. Cada vez tenía menos tiempo en casa, siempre estaba ocupado ensayando o en una sesión de lo que sea que se le presente. Llegó hasta el punto de verlo como si fuera un extraño, ya no era su hermano con quien jugaba sin importar ensuciarse, o comer sin importar cuanto peso gane al día siguiente. Se fue volviendo antipático y cada día se maldecía por no estar haciendo algo bien, cuando claramente lo estaba haciendo perfecto, pero su mente perfeccionista no lo dejaba ver.

Ella no quería dejar de ser la chica que era, a ella le gustaba salir sin que nadie le fastidie pidiéndole un autógrafo, pasear sin que te estén vigilando todo el tiempo, y no quiere pedir permiso a su agencia si quiere salir con amigos.

Prefiere estar en su cama con un pote de helado y ver una película animada, que estar casi muriendo por un día completo de ensayo. No juzgaba a los que deseaban convertirse en una estrella de K-pop, si ese era su sueño, pues bien por ellos, pero ella no deseaba eso, quería estudiar medicina veterinaria, al igual que su madre, pero su padre no veía eso, y sólo se enfocaba en convertir a sus hijos en lo que él no pudo ser.

_¿Por qué traes puesto ese uniforme? - interrogó el señor Kim al ver a su hija salir de su habitación, con lo cual Jisoo lo miró confundida.

_Porque es el uniforme del colegio, hoy es lunes y hay clases - respondió sin comprender.

_Quitatelo y ponte el que dejé en tu armario - revisaba su celular - ya no irás a esa escuela, ahora irás en una para futuros ídolos. Te acaban de aceptar, e irás junto a tu hermano. Apurate que te está esperando abajo.

_¿Me aceptaron? - preguntó incrédula - yo ni siquiera postulé a esa escuela - alzó la vos - pensé que ya habíamos hablado, papá. Yo no quiero ser cantante y muchos menos pertenecer a esos grupitos de K-pop.

_Eso dices ahora, pero luego lucharás por convertirte en una al igual que tu hermano. No cuestiones mis decisiones y sólo obedece - se levantó de la mesa y se dirigió a su cuarto.

_¿Puedes cambiarte ya? - esa voz la hizo ver hacía la puerta, su hermano estaba con su típica mueca de irritación mientras tenía los brazos cruzados.

Vaya, ahora tenía el cabello rosado, si seguía así, está segura que se va a quedar calvo de tanto tinte.

_No pienso ir - Jisoo regresaba a su habitación para tomar su mochila, ya no tenia ganas de desayunar y sólo se iría a su escuela de siempre.

_No tienes otra opción - Jin la seguía - papá te sacó de tu escuela - Jisoo se detuvo - y no piensa aceptar un no como respuesta, sabés cómo es él, no te dejará en paz.

IDOL ROMANCE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora