LA BODA DE MAMI

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Alicia

—¿Te vas a dignar a hablar de una vez, Froylan?

Froy levantó las manos en señal de inocencia.

—Lo haré si bajas ese cuchillo, pinche morra de la chingada —contraatacó mirando con ojos nerviosos el filoso cuchillo en mi mano izquierda.

—Estoy haciendo el desayuno, Froy —ironicé señalando con el cuchillo el queso que estaba picando para los tequeños que se le antojaron al embarazado de la casa— ése eres tú que supones que te lo voy a lanzar.

Me miró con ironía.

—Si eres capaz cuando se te mete el Pancho López —señaló— Baja el cuchillo, Alicia Michelle.

Suspiré pesadamente y dejé el cuchillo a parte.

—Bien, pero agiliza pues —me apoyé de la encimera— ¿Venus Torres dices que se llama la chama? —al escuchar ese nombre, Froy se sonrojó como el propio marico— NO. PUEDE. SER.

—Aguas, ¿Qué? —se hizo el loco.

Lo miré con picardía.

—¿Te gusta la chama?

—No... —miró para otro lado.

Sí, si le gusta.

—¡Te gusta! —afirmé yendo hasta él— marico, se te nota en la cara.

Froy peló los ojos.

—No mames, ¿Es neta? —preguntó con preocupación.

Me reí fuerte.

—Neta, marico —afirmé— te la tenías bien guardada, ¿Porqué no dijiste nada?

Se encogió de hombros.

—Jamás pensé que la morra me iba a traer barriendo el piso que pisase con la lengua —se tocó la cara con vergüenza, era consciente del color en sus mejillas— es que, es que tienes que conocerla, Lily. No mames, es la chica más preciosa que he visto en todo el mundo.... —lo miré feo— obvio, a parte de mi Alicia piciosa y mi  Motolita —asi le decía a Teresa, pues la mardita nunca se salía de un peo.

—Verga, te tiene mal entonces —le sonreí.

—Neta perdón si no te dije —rascó su cabeza— jamás hablo de mis ligues con las personas que más me importan si sé que no es nada serio. Pero...

Epa, ya va, ÉL ME ESTÁ HABLANDO DE LA CHAMA, O SEA QUE...

—¿Piensas volver eso algo más serio? —me tapé la boca.

Una sonrisita se asomó por la comisura de sus labios.

—Si el sentimiento es mutuo, de bolas que sí —murmuró.

—¡Ay, mi bebé está empepao! —le fui a llenar la cara de besos a pesar de que se quejara— epa, pero ¿Tas claro de lo que dirá Teresa respecto a esto después de todo lo que pasó con Bianca, verdad?

—¡Froy, tú tas muy chiquito! —imitó la voz de mi hermana— esa escuincla se va a poner como un toro enojado, pero me vale madres, Vee vale la pena.

—Ayy valeee, el mariquito está empepao —empecé a ladillarlo.

—Déjame, pues, no es divertido —se hizo el arrecho— mejor dejemos mi tema de lado y hablemos del porqué yo aún no sé el sexo de mi sobrinito o sobrinita.

Me puso una de sus manos en mi barriga ligeramente grande. Mrk, ya tenía cinco meses.

—Te dije que es una sorpresa pal babyshower.

Just The Way You Are || Dylan O'Brien #VGA2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora