Just The Way You Are || Dylan O'Brien #VGA2

Alejate

Alicia

Tres y treinta de la madrugada y yo con el ojo pelao. No otra vez, por favor, que estrés.

Luego de lo que pasó hoy, tuvimos que llevar a Rosa de barranco a su casa. Froy aún seguía arrecho con nosotras dos y con los Harries por andar entrepiteandole la cita con Bianca, el Jorjius les aumentó el sueldo a 800$, el iPhone y una Mac por haber aplastado a Rosa, Bianca tuvo que llevar a Luigi a que lo revisaran por si el marico no tenía ninguna contusión, Logan se ofreció a llevarlos pero ella se había arrechado con él y lo mandó a comer mierda al igual que a Dean y al pato Lucas. Nosotros después que dejáramos al Jorjius y a la brollera de Teresa en la casa nos regresamos al apartamento. No había intercambiado palabra con Dylan en lo que había restado de la noche de no ser por una que otra vez que Julia nos buscaba conversación.

Estaba un poco molesta con él por no haberle dicho sus cuatro vainas a la desgraciada de la amiguita suya cuando le dijo lo que le dijo a su hermana. El hecho de que Julia había sido súper antiparabolica no implica que la otra mamachola pueda darse el lujo de meterse con mi cuñis.

Estuve toda la tarde y parte de la noche viendo televisión en la sala con una cobija y mis dos hijos sobre ella acurrucados entre mis piernas. Nos vacilamos El Jorobado de Notre Dame, Aladdin, Mulán y La Sirenita, nawebona. Ni Dylan hizo ademanes en acercarse a mi ni yo a jalarle bolas a él.

Me estiré un poco en mi lugar luego de hacer a un lado con sumo cuidado a Firulais para poder levantarme e ir a la cocina por un vaso con agua. Iba descalza con mis dedos disfrutando de la alfombra mullida y del frío que estaba haciendo. Abrí la nevera y luego de sacar la jarra y tomar del gabinete un vaso de cristal para tomar agua, fui al termostato a subirle un poco a la calefacción antes de regresar al mueble. No me gustaba dormir sin Dylan, me había acostumbrado tanto a él que cuando no estaba junto a mí pareciera que la cama era más grande de lo que ya era pero no podía entrar al cuarto a ésta hora o iba a despertarlo y él necesitaba levantarse temprano mañana.

Claro, eso pensaba hasta que de verga no pego un grito al verlo caminar por el pasillo.

Dylan al verme despierta abre los ojos más de lo normal, sorprendido al parecer. Sus manos se ocultaron tras su espalda y su boca se cerró al instante conteniendo algo en ella.

—¿Qué haces despierto a ésta hora? Deberías estar durmiendo —le dije. Él asintió— ¿Qué? ¿Qué tienes? —él negó— ¿Ahora eres mudo? —asintió. Levanté una ceja cuando vi que tras su espalda ascendía un pequeño humillo— ¿Estás fumando, Dylan? —él negó rápidamente. Lo miré mal— abre la boca entonces —estiró los labios— deja la vaina, abre la boca marico —contrajo los labios— Dylan... —se hizo el loco. Yo cansada de la wachafita le di un manazo en el estómago haciendo que soltara el humo que traía contraído en la boca así de coñazo pues. Empezó a toser— lo sabía.

—Lily...

Lo dejé ahí parado y me fui nuevamente al mueble a acostarme con Tobías y la Firulais.

—Si vas a joderte los pulmones que no sea en mi presencia por favor —agarré la sábana para taparme del frío.

—Amor, ven... —pidió Dylan seguramente viniendo hacia acá.

—No, te vas para allá, Dylan O'Brien.

—Bonita... —sentí que tocó mi hombro— no te pongas así. Sólo es un cigarrillo, lo juro.

—Que me dejes... —aparté su mano de mi hombro— sabes que me da arrechera verte fumando.

—Sabes que casi no lo hago, sólo cuando estoy....

—Estresado, lo sé —gruñi interrumpiendolo— deberías quemar ése estrés con otra cosa, no por medio de la nicotina, te estás dañando a ti mismo con esto Dylan y no pienso quedarme parada viendote hacerlo.