Why?- Remus Lupin

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Los ojos azules de la pelirroja tenían un brillo especial todos los días en el almuerzo y en algunas clases que compartía con Gryffindor.

-¿Pasa algo? -La saco de su trance su amiga.

-Si, si está todo bien, ¿Por qué lo preguntas? -Dijo mirándola desconcertada.

-No comiste nada y tampoco pareces tener los pies sobre la tierra, ¿Cuando es luna llena? -Pregunto en voz baja.

-No, no es eso. -Nego la Hufflepuff. -Luego te cuento, no puedo decírtelo aquí.

Lizzie se encogió de hombros mientras la pelirroja, Alaska, volvía a ver al castaño en la mesa de los leones.

-¿En serio? ¿Lupin? Sirius es mucho más lindo. -Dijo su amiga luego de adivinar a quien estaba viendo la ojiazul.

-Claro que no. -Rio levemente mirando su comida, realmente no tenía mucha hambre.

-Ve y dicelo. -La animo la rubia.

-Me va a odiar, seguramente ya lo hace, sabes que mi padre fue el que lo mordió. -Dijo apenada mirando sus manos apoyadas en su regazo.

-Seguro ni sabe que eres su hija. -Le resto importancia Lizzie.

-Si, claro, como si no hubiera escuchado mi apellido en clases. -Rodo los ojos apoyándose en la mesa. -Bien, moriré sola.

Por otro lado, en la mesa de los leones, se estaba llevando a cabo un debate por parte de los merodeadores.

-Se lo debes decir. -Animo James.

-Se lo dirá, ¿Verdad, Lunático? -Lo miro sonriendo levemente el pelinegro.

Remus estaba en medio de una crisis pensando si decirle o no lo que sentía a la pelirroja Hufflepuff.

-¡Bien, bien! Pero necesitaré su ayuda. -Se rindió el castaño intentando tranquilizar a sus amigos.

-A sus órdenes. -Dijo James haciendo seña de soldado.

-Creo que tengo una idea. -Penso en voz alta Sirius.

Un nervioso Remus se encontraba dando vueltas en la sala común pensando en que se le había ocurrido a su amigo.

-Tranquilo, Lunático. -Intento tranquilizarlo su amigo de lentes.

-¿Y si me rechaza, Cornamenta? -Pregunto al borde del colapso sarandeándolo tomándolo por los hombros.

-No lo hará, eres irresistible. -Lo ánimo riendo levemente el pelinegro.

En ese momento Sirius, con su pelo negro amarrado, llegó a la sala común cruzando el retrato de la dama gorda.

-Listo, ahora, solo debes ir a la cancha de Quidditch. -Sonrio satisfecho el ojigris.

Remus asintió y con paso vacilante, que simulaba ser seguro, salió de la sala común para ir a la cancha de Quidditch.

Por otro lado, en la sala común de Hufflepuff, había llegado una rubia con una enorme sonrisa.

-Alaska, debes ir a la cancha de Quidditch, te llama Hooch. -Informo para luego volver a irse.

La pelirroja asintió, dejo el libro que estaba leyendo en la estantería de la sala común y salió de la misma rumbo a la cancha de Quidditch.

-¿Remus? -Sus músculos se tensaron al encontrarlo en la entrada de la misma.

-Hola, Alaska. -Sonrio levemente el morocho.

-¿Que haces aquí? -Dijo acercándose a donde estaba.

One-Shots (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora