Levicorpus - James Potter

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Todas las noches Halia se escapaba de su habitación para ir a recorrer los pasillos de Hogwarts en busca de alguna aventura y casi siempre volvía a su habitación con algún bocadillo de la cocina. No solía ser vista al salir de su habitación, a excepción de ese día.

James, el prefecto de turno, se encontraba recorriendo los pasillos, esperando impaciente la hora de irse a dormir, nunca era muy interesante la guardia nocturna, hasta que escucho unos pasos a lo lejos, cerca de la cocina.

Así fue como James comenzó a seguir los pasos de Halia, que cada vez eran más rápidos para evitar que la atraparan. Era como jugar a las atrapadas, sus pisadas se escuchaban por los pasillos mientras la perseguía hasta que finalmente llegaron a un lugar sin salida.

- levicorpus.- James, con un simple movimiento de varita, levanto a Halia de un pie, dejándola boca abajo. -A ver si así te quedas quieta de una vez por todas.

-Que sorpresa, Potter. - Dijo en parte aliviada de que fuera él y no algún profesor. -¿Piensas que no puedo revertir este hechizo? No soy idiota.

-Quiero ver cómo lo intentas, Weiss. -Sonrió, desafiante, acercándose a la Gryffindor. -¿Cuántas veces debo repetirte que no puedes salir a estas horas?

-Me temo que el resto de tu vida, Potter.

James vio como la cara de Halia comenzaba a ponerse roja debido a la sangre que lentamente llegaba a su cabeza. Pensó por un instante en bajarla, pero recordó que ella había dicho que podía hacerlo sola.

-No veo que estés intentando bajar. -La molestó, viéndola de brazos cruzados como si esperara algo.

-Bueno, sabes, es bastante difícil pensar en esta posición.

-¿No sabes revertirlo, verdad?

-Claro que sé, solo dame unos minutos para recordarlo.

-Tómate tu tiempo, de todas formas yo no soy el que está boca abajo. -Dijo poniéndose cómodo, esperando a que la chica averigüe cómo bajar.

James vio a la chica probando bajar de todas formas posibles, intentando no reírse, pero con una sonrisa burlona en el rostro.

-Si admites que no sabes bajar te bajaré. -Ofreció el chico, al recordar que podría ser perjudicial que esté tanto tiempo boca abajo. -Solo digo, no creo que haga muy bien estar tanto tiempo de cabeza, tal vez cuando vuelves a la normalidad estás más tonta de lo normal.

-¡Bien! ¡Está bien! Tienes razón. -Dijo la última parte en un susurro, no le gustaba admitir que otra persona tenía razón.

-¿Cómo? No te escuché ¿qué dijiste? -Insistió con una sonrisa acercándose a la chica haciendo de cuenta que no escuchaba.

-Tienes razón. -Dijo, Halia, en un tono de voz más alto, pero no tanto.

-¿Cómo?

-¡Tienes razón! - Gritó. -¿Feliz? -Preguntó, molesta.

-Muy. -Sonrió, divertido. -Liberacorpus. -Y con un movimiento de varita, Halia estaba nuevamente sobre tierra firme, aunque un poco mareada.

Una vez volvió sus cabales apunto a James con su varita y antes de que pudiera volver a hacer algo estaba nuevamente colgada del tobillo sobre el aire.
El chico volteo a verla, su expresión ya no era la de antes.

-¿Qué ibas a hacer? -Dijo, esta vez, serio.

-Pelear por mi dignidad.

-Oh, cariño, me temo que eso no va a pasar porque yo si presto atención en clases.

One-Shots (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora