One-Shots (Harry Potter)

runaway- Sirius Black

Cornelius caminaba por los pasillos de las celdas en busca del asesino en serie más peligroso en esos momentos, un aire desolado corría por los mismos mientras se escuchaban los lamentos de los prisioneros.

—Lo único que extraño del profeta son los crucigramas. —Dijo Sirius quien parecía que había perdido completamente la cabeza, al igual que su compañera de celda y cómplice.

Fatch hablo unos momentos con los ex estudiantes de Hogwarts para luego irse.

—Esta en Hogwarts. —Volteo a ver a Haley con una leve sonrisa.

—¿Peter? —Los ojos de la chica se iluminaron ante la mención del mismo a lo que Sirius asintió.

—Ya podemos irnos. —Dijo en un susurro para que nadie los escuchara.

Pasaron algunos días, nadie parecía sospechar del plan que estaban haciendo para escapar, hasta que el día llegó.

No había ningún dementor cerca, el pelinegro despertó a su compañera, ambos sabían que debían hacer, se miraron y asintieron.

Se vio un gran perro negro desnutrido salir por entre las rejas junto con una pequeña coneja la cual al salir saltó a su lomo.

Fue un largo camino hasta llegar cerca del privet drive.

—¿Sabes? Era más fácil ir a Hogwarts y verlo allí. —Dijo Haley detrás de los árboles viendo a Sirius buscando a Harry por las calles desde el escondite. —Eres un impaciente. —Declaro q lo que el perro volteo a verla rodando los ojos para luego volver la vista a la calle.

El animago clavó su vista en un punto frente a la calle.

—¿Lo viste? —Dijo asomándose.

"Y luego yo soy el impaciente. " Le hablo a la chica por medio de los pensamientos que podía leer.

—Callate. —Susurro dándole un leve golpe en su cabeza llena de pelo negro grasiento. —Eugh debes bañarte, pareces quejicus. —hizo una mueca de asco.

"Me caías mejor como comadreja" respondió volteando a verla.

—No soy una comadreja. —Se quejo susurrando para luego volver a su forma animago.

Ambos se quedaron mirando como el autobús noctambulo se iba junto con Harry.

"Vamos, hay que ir a Hogwarts. " Habló Haley por medio de sus pensamientos bajando de la cabeza del perro y yendo saltando en dirección a la estación de tren.

Caminaron varios días hasta que una noche finalmente llegaron a la escuela, los dementores la rodeaban y se notaba un ambiente triste cerca de ellos.

Ambos fueron hasta el pasadizo debajo del sauce boxeador para dormir, habían escuchado que el día siguiente habría partido de Quidditch y Sirius quería ver a Harry usando la escoba que le había regalado.

Sirius se echó en la entrada, Haley había pensando en dormir unos centímetros mas lejos de él pero el frío se lo impidió y decidió acurrucarse junto con  el perro.

—¡Canuto! Mira lo que encontró Crookshanks. —Dijo corriendo con él y mostrándole un papel.

—¿Que es ésto? —Pregunto viendo las frases escritas.

—Las contraseñas de esta semana de Gryffindor. —Respondio emocionada.

Ambos fueron a la torre de Gryffindor, Sirius comenzó a probar las contraseñas pero no parecía funcionar ninguna hasta el momento.

—Dejame a mi. —Lo empujó levemente poniéndose frente a la dama gorda. —Fortuna major. —Pronuncio a lo que la señora los dejo entrar a ambos.