Prefect Things- James Potter

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Las clases en hogwarts comenzaban y los prefectos de cada casa debían guiar a los de primer año a las salas comunes.

Alice había rogado prácticamente a Kit, el prefecto de Hufflepuff, que esta vez sea ella quien guíe a los de primer año, y luego de horas de súplicas el pelinegro accedió.

—Bien, ¿Que debemos hacer si vemos a Snape caminando por ahí? —Dijo, en un tono de voz se solo los chicos podían escuchar.

—Gritarle que se bañe. —Respondieron a coro los hufflepuffs recién llegados.

La rubia aplaudió emocionada, para luego seguir el recorrido.

Alice era como una niña, y eso se vio reflejado en su camino guiando a los chicos por el castillo. Todos los estudiantes se encontraban en el vestíbulo para ir a sus respectivas salas cuando la ojiverde dijo.

—Y uno, y dos y un, dos, tres, ¡Va! —Dio la orden y los estudiantes respondieron cantando la canción que la chica les había enseñado minutos atrás.

Los Ravenclaw miraron a los estudiantes extrañados, los Slytherin con desprecio y algunos de los Gryffindors que venían de familias muggles se unieron. James, desde su lugar, reía al ver a la chica cantando con los de primer año.

—Deben bajar hasta las cocinas, pero no entrar a ellas y si entran que no los vea nadie. —Les guiño un ojo para luego acercarse a los barriles. —Esta es la entrada. —Señalo el segundo barril empezando por abajo en la segunda fila, algunos la miraron como si estuviera loca. —Escuchen, este es el ritmo, deben aprenderlo perfectamente. —La chica tocó el ritmo de Helga en sus piernas. —Su turno.

Los alumnos de primer año tocaron el ritmo en sus piernas el cual habían aprendido rápidamente.

—¿Saben? Me caen bien. —Rio levemente. —Bien, hagan una fila y entren uno a uno.

Los estudiantes hicieron lo que Alice le había ordenado.

—Hace unos minutos escuché a uno de ellos gritarle a Quejicus que se bañara, no me sorprendería que fuera obra tuya. —Dijo James apoyado en una pared, viendo a la chica sola, ya que los demás ya habían entrado.

—Fue inevitable, son como un ejército. —Rio fuertemente la rubia. —Luego les diré que no deben hacerlo, no quiero que se metan en problemas.

[...]

—Potter, Tuft, necesito que lleven estos libros a la biblioteca nuevamente. —Les ordenó, Slughorn.

La clase apenas iba por la mitad, pero ninguno de los dos tuvo problemas en escaparse un rato con esa excusa. Tomaron las dos pilas de libros apoyadas sobre el escritorio y salieron juntos del salón de clases.

—¿Entendiste algo de la clase? —Preguntó, Alice, algo preocupada.

—No, pero Remus sabe explicar mejor así que no creo que sea un problema ¿Por qué lo dices? ¿No entendiste? —Respondió, cambiando el enfoque de su vista de los libros, a la chica a su lado.

—La verdad es que Slughorn se enreda bastante cuando explica. —Rió, levemente.

—Cuando quieras puedo explicarte. —Le guiñó un ojo para luego volver su vista al frente, asegurándose de no chocar a nadie.

Una vez dejaron los libros en la biblioteca, se quedaron un rato haciendo tiempo mientras hablaban.

—¿No te tienta la idea de saltear la clase? —La miro, James, con una chispa de picardía en sus ojos.

—¿Y hacer qué? James, somos perfectos ¿Lo olvidaste? —Alzó una ceja, mirándolo.

—Pero saltear un par de clases no le hace daño a nadie ¿Verdad? —Sonrió, divertido.

Alice suspiró, no podía negarle nada a James con esa sonrisa en su rostro.

—Bien, vamos.

El pelinegro sonrió, tomando su mano y guiandola fuera de la biblioteca, corriendo, para que nadie los viera.

—¿A dónde vamos? —Preguntó, intentando igualarle el paso.

—¿No confías en mí, Tuft? —Volteó a verla, sonriendo de lado.

La hufflepuff no respondió nada, simplemente lo miró y rodó los ojos.

Mientras ellos jugaban a las atrapadas en el patio, Sirius los lograba divisar desde la ventana al lado de su escritorio.

—Míralos. —Le susurró a Remus.

Remus se asomó con disimulo para verlos corriendo uno detrás del otro.

—Se gustan. —Dijo Sirius, como si no fuera demasiado obvio.

—Felicidades por tu gran descubrimiento, señor Black. —Bromeó.

A lo lejos se vió como James atrapaba a Alice entre sus brazos, cuando una bolita de papel les cayó en la cabeza. Ambos miraron a la ventana de dónde estaban seguros que provenía. Sirius les hizo una seña que se alejaran un poco para que no los vieran y ambos entendieron al instante.

James levanto a la chica sus brazos y la llevó a un lugar mas lejos de la ventana.

—¿Sabes? Puedo caminar sola.

—No lo sabía, por fortuna no te dejé caer mientras lo descubrías. —Bromeó, aún abrazándola por la espalda y balanceándose juntos de un lado a otro.

Alice volteó entre sus brazos para encontrar sus rostros a tan solo centímetros. Aquella cercania la obligó a admitir, mentalmente, lo enamorada que estaba del Gryffindor, cosa que hasta ese momento había estado evitando pensar. De repente comenzó a sentir un calor extraño en sus mejillas que se expandió hasta sus orejas.

James rió al ver a la Hufflepuff sonrojada, le daba ternura verla en ese estado y a la vez le gustaba saber que él estaba causando eso. Por su parte, no podía ser más obvio en cuanto a sus sentimientos por ella, por lo que acercó aún más sus rostros.

—No te rías. —Hizo un puchero, la chica.

—Perdon, te ves muy tierna. —Sonrió, el morocho.

—No todos aceptamos nuestros sentimientos tan rápido, Potter. —Dijo, desviando la mirada de sus ojos.

—Oh ¿entonces si te gusto?

—Yo nunca dije eso

—Si, es exactamente lo que acabas de decir. —Sonrió divertido, uniendo sus narices.

—N... —Antes de negarlo se vio interrumpida por los labios de James sobre los suyos y no dudo ni un segundo en seguirle el beso.

—¿Sigo sin gustarte? —Bromeó, aún sonriendo.

—¡Potter, Tuft! —Los interrumpió una voz demasiado conocida para ellos, era Slughorn.

Ambos se miraron horrorizados, antes de que James atinara a tomar la mano de Alice para salir corriendo, escapando del profesor.

//N/A: para valitaserum que me pidió más shots de James 😽

créditos al artista de la imagen @/ashbee_.art en ig //

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