Hey, Sam- James Sirius

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La clase de historia de la magia era bastante lejana a ser su favorita, la mayoría de estas clases se dedicaba a dormir ya que tenía la capacidad de aprender los temas para los exámenes en una sola noche.

Una vez se aburría de dormir, comenzaba a molestar a su compañero de banco, James.

-¿Puedes parar de hacer ruido con eso? -Se quejo viendo como raspaba la tapa de uno de sus libros haciendo un ruido molesto.

-Perdon. -Sonrio levemente para luego sacar un chicle de su cartuchera y comenzar a mascarlo ruidosamente.

-Basta. -Rodo los ojos el pelinegro.

-Perdon. -Repitio ahora comenzando a dibujar en su cuaderno, luego de unos minutos volvió a llamarlo. -Hey, James.

-¿Ahora qué? -La miro harto de la situación.

-Mira. -Inflo una burbuja que llegó a cubrir su cara.

-Para ser una Ravenclaw, no pareces muy inteligente. -Bromeo sonriendo de lado apoyando su cabeza en la palma de su mano.

-Si no fuera inteligente el profesor ya me hubiera sacado de clases. -Le saco la lengua para luego volver a dibujar.

-¿Que dibujas? -Dijo curioso James.

-Nada de tu incumbencia. -Se apresuró a tapar el dibujo.

-Oh, vamos, dime qué es. -Rogó viéndola con ojos de perro mojado.

-No. -Se nego nuevamente. -Tal vez algún día te lo muestre, pero no hoy.

-Eres una aburrida, Samantha. -Dijo cruzandose de brazos.

-No me digas Samantha, sabes que no me gusta. -Se quejó.

-Esta bien, Samantha. -Rio levemente.

En algún punto la conversación entre ambos comenzó a ser entre gritos y así fue como el profesor se volteo y les pidió amablemente a ambos que se fueran.

-Fue tu culpa. -Decia James.

-No, fue tu culpa, sabes que no me gusta que me digan Samantha. -Respondia la Ravenclaw.

-McGonagall nos va a matar. -Dijo luego de un largo silencio, Potter, cruzado de brazos.

-Hey, ¿ese no es Albus? -Pregunto señalando a su hermano a lo lejos.

-Detrás de el viene Mcgonagall. —Observo al ver a la profesora a lo lejos.

Sin dudarlo un segundo, el pelinegro tomo de la mano a Samantha y ambos corrieron a esconderse.

-Ni siquiera sabe que estás castigado, puedes mentirle. -Rodo sus ojos azules la Ravenclaw.

-¡Va a notar si le miento! -Exclamó. —Aparte, se supone que los Ravenclaw no rompen las reglas.

La chica se encogió de hombros y rio levemente, apoyo su espalda contra la pared y se sentó en el suelo, luego de unos minutos se percató que no sabía dónde estaba.

-¿James?

-Sam. -Respondio simple.

-¿Dónde estamos? -Dijo mirando a su alrededor.

-Armario de escobas, ¿Nunca viste uno? -Se burló el pelinegro a lo que Sam rodó los ojos.

-Esta totalmente oscuro, ¿Piensas que puedo ver las escobas? ¿Ya podemos salir? Este lugar es muy pequeño. -Se quejó al notar que estaba más cerca de Potter de lo que pensaba.

-¿Acaso te pongo nerviosa, Jones? -Sonrio de lado.

-Pf, en tus sueños, Potter. -Rodo los ojos cruzandose de brazos.

One-Shots (Harry Potter) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora