ONCE

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Gilbert estacionó lo mejor que pudo, salió de su auto e ingresó corriendo a la biblioteca mirando para todos lados, estaba por tomar su teléfono y marcarle cuando divisó una cabellera pelirroja sentada en las escaleras. Al llegar a dónde ella estaba, se sentó a su lado, sin decir ni una palabra se quitó el abrigo y se lo tendió a Anne, no le sorprendió que se negara ante su ofrecimiento, así que sin permiso, le puso el abrigo. No podía dejar que se enfermara.

-Hace frío afuera -rompió el silencio -. ¿Vamos?

Anne no quería decir ni una palabra, ya se sentía lo suficiente mal al haber llamado al castaño, así que tomó su bolso y se levantó acomodándose el vestido. Comenzaron a caminar en silencio hasta el auto.

Todo el camino fue igual, ella apoyada a la ventana del copiloto evitando la mirada de él, y él manejando sin poder ocultar el desvío de sus ojos para verla. En cierta forma estaba preocupado por ella, Anne es de las personas que nunca pueden estar en silencio absoluto, a menos que esté leyendo, así que el que no hablara sólo le preocupaba aún más. ¿Y si Billy Andrews había hecho algo más que sólo dejarla sola?

- ¿Cuál de todas las casas es? -preguntó al llegar a la calle correcta.

-Esa blanca -murmuró.

Estacionó y ayudó a la pelirroja a salir del auto, ambos caminaban en silencio a la puerta.

-Anne...

- ¿Anne? Dios mío, ¿sabes la hora que es? -Marilla había escuchado un auto cerca, así que totalmente preocupada, tomó su bata y salió a ver qué pasaba - ¿No dijiste que estarías con Billy Andrews? -preguntó al mirar a Gilbert.

-Sí, lo que pasa... -la voz de la pelirroja a penas y se podía escuchar.

-La dejó en la biblioteca y Anne me pidió que fuera a recogerla.

Marilla en seguida tomó las manos de su hija.

-Estás helada, pondré agua caliente para prepararte un té. Gracias por traerla.

-No hay de qué -caminó directo a la cocina dejando a los dos adolescentes solos -. Anne...

-Lamento haberte llamado tan tarde, no quiero que pienses que me gusta molestar a las personas...

-No importa, si me necesitas estaré allí, cada vez que lo hagas -bromeó y ambos se quedaron mirando a los ojos por unos segundos -. Creo que ya debería de irme.

Le dedicó una sonrisa, retrocedió unos pasos y antes de voltear dispuesto a irse al auto, Anne lo llamó.

—Gracias.

-Un placer ayudarte -bromeó -, cuando necesites otra cosa, cómo algún dragón que haya que cazar, llámame.

La pelirroja se quedó afuera viendo como el auto del chico salía de la avenida, sólo en ese entonces recordó que no le había devuelto el abrigo. Y Gilbert, ya tenía otra razón para acercarse a ella.

 Y Gilbert, ya tenía otra razón para acercarse a ella

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Ahora si.

La verdad es que hoy no iba a publicar porque estaba arreglando mi casa, pero me dije "esas son excusas", asi que como recompensa si es que desaparezco, dos capítulos.

Bueno, adiós, sueñen con Gilbert... O Cole, cualquiera de los dos. Ahre

~Ann.

¿Anne? ¿Quién es Anne? | EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora