Capítulo 2: Conflictos

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A la mañana siguiente la pequeña Slytherin despertó tarde por haberse quedado hablando con Blaise y Theo hasta la madrugada por lo que se vistió rápidamente, se lavó la cara como pudo, ni siquiera llegó a peinarse y salió corriendo para su clase de Herbologia, la cual era compartida con Gryffindor.

Aún no sabía donde se encontraba cada salón por lo que intuyo que al ser una clase de plantas, se impartiría fuera del castillo. Corrió hasta las puertas que daban al patio y afortunadamente unos estudiantes estaban allí, les preguntó rápidamente donde quedaban los invernaderos y salió corriendo nuevamente.

Abrió las puertas del invernadero interrumpiendo a la profesora Sprout y todos se la quedaron viendo.

—La... Lamento llegar tarde...— Dijo con el poco aliento que le quedaba pues había corrido mucho para llegar hasta ahí— Me quede dormida, y al ser nueva no sabía donde quedaba el invernadero, corrí por todo el castillo... Lo lamento— Se disculpo nuevamente y bajo la mirada apenada.

—Oh tu debes ser Sofía, eras la única que faltaba, no pasa nada te la dejaré pasar por hoy, es tu primer día después de todo. Pero que no se vuelva a repetir. Toma lugar al lado de los de tu casa— Pronunció Sprout para después continuar con la clase.

La chica se colocó al lado de unos alumnos que no conocía y trató de integrarse a la clase. La profesora le había dado la palabra a Hermione.

"Es muy inteligente" pensó Sofía.

La profesora le dió 10 puntos a Gryffindor y mandó a los estudiantes a ponerse las orejeras pues el llanto de Mandragora es terrible. La clase continuó bastante normal, un chico de Gryffindor se desmayo y a Draco Malfoy lo mordió una Mandragora eso hizo reír a la chica.

Al salir Sofía se juntó con sus dos amigos y saludó a Hermione desde lejos. Estaban a punto de seguir su camino cuando Malfoy se metió delante de la pelinegra.

—Podríamos haber perdido puntos por tu culpa huérfana, no puedes llegar tarde a las clases— Le reprochó déspotamente el platinado.

Aquel comentario le había dolido, a pesar de que era algo obvio que la chica no tenía padres pues no contaba con un apellido, ella no esperaba que ningún alumno se metiera con un tema así de fuerte, pero se había equivocado.

Sofía simplemente pecho a Draco con su hombro y siguió su camino ignorándolo, pensó que era la opción más acertada pues la pelinegra no quería seguirle su jueguito.

Y tuvo la razón, a Draco Malfoy le dolió el orgullo al ser ignorado, estaba acostumbrado a pelearse con los de Gryffindor pero en Slytherin no solía pelear con nadie pues todos le tenían miedo, pero aquella chica era distinta, no le importaba nada, el chico no la atemorizaba y eso hacía que Malfoy se enojara aún más.

Los tres chicos llegaron al Gran Comedor donde comieron algo antes de seguir con las clases, en mitad de eso, a un chico pelirrojo llamado Ron Weasley le llegó un vociferador de su madre la cual estaba muy enojada. A Sofía le dio gracia ver las caras de susto que tenía el tal Ron.

Las clases siguieron con Defensa contra las Artes Oscuras, el profesor era Gilderoy Lockhart. Todas las chicas del salón estaban muertas por el pero a la nueva Slytherin le parecía un farsante, alguien que no tenía nada de héroe, para Sofía era simplemente un hablador.

El profesor comenzó la clase con un examen sobre el mismo.

"Que ridículo, ¿Esto llevará nota? Espero que no, no se nada sobre la vida de este payaso" Pensó la chica.

Al terminar ese extraño examen, por fin comenzó lo divertido.

—Sepan que nada les pasará, conmigo aquí— Dijo Lockhart antes de soltar unos duendes.

Sofía y la cámara de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora