Capítulo 4: La Poción Multijugos

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Durante unos días, en la escuela no se habló de otra cosa que de lo que le habían hecho a la Señora Norris. Filch mantenía vivo el recuerdo en la memoria de todos haciendo guardia en el punto en que la habían encontrado, como si pensara que el culpable volvería al escenario del crimen. Sofía le había visto fregar la inscripción del muro con el Quitamanchas mágico multiusos de la señora Skower, pero no había servido de nada: las palabras seguían tan brillantes como el primer día. Cuando Filch no vigilaba el escenario del crimen, merodeaba por los corredores ensañándose con estudiantes que no tenían ninguna culpa e intentando castigarlos por faltas imaginarias como «respirar demasiado fuerte» o «estar felices».

En esos días la morena se había dedicado a practicar la magia sin varita, debía aprender a controlarla, a pesar de que jamás se había manifestado antes, la chica temía que al volverse a enojar, la magia apareciera haciendo que hiera a alguien. Lo cual agradeció porque al estar practicando no se cruzaba con las miradas de desconfianza por parte de algunos estudiantes; aunque la pelinegra había aclarado varias veces que ella no petrificó a la gata de Filch. También había recuperado su varita, sus queridas compañeras se la dejaron en su mesa de luz, mientras ella dormía.

Tras comer apresuradamente, la chica junto con sus dos amigos salieron del Gran Comedor para dirigirse a la siguiente clase con la Profesora McGonagall.

La clase comenzó animadamente pues aprenderían a convertir animales en copas de vidrio. Aunque a Ronald Weasley no le salió muy bien pues su varita rota no ayudaba.

Antes de que la profesora pudiera pedir a alguien más que hiciera el hechizo, Hermione preguntó:

—Profesora, ¿podría hablarnos sobre la cámara de los secretos?—

"Eso es Hermione" Pensó la morena, esperando la respuesta de McGonagall. Ese tema le interesaba, bueno no solo a la chica, toda la clase estaba expectante a lo que diría Minerva.

—Está bien—Respondió después de pensárselo unos segundos—. Todos saben claro que Hogwarts fue fundada hace más de mil años por cuatro grandes hechiceras y magos de la época; Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Tres de ellos convivían con una gran armonía y uno no—.

—Salazar Slytherin — Pronunció en voz alta la morena sin darse cuenta.

—Exacto Sofía. Salazar quería ser selectivo a la hora de aceptar estudiantes. Quería que la enseñanza de la magia fuera solo para las familias de magos de Sangre Pura — Agregó la profesora.

En ese instante Sofía vio como Malfoy miró a Hermione de mala manera y esta le respondió igualmente.

"Malfoy es igual a Salazar Slytherin" Pensó la pelinegra.

—Según la leyenda, Slytherin construyó una cámara oculta en este castillo conocida como La cámara de los secretos. Pero antes de que partiera la sello hasta el momento en el que su auténtico heredero llegara al colegio, solo el heredero será capaz de abrir la cámara y soltar a los horrores que encierra. Y por lo tanto así, purgar la escuela de aquellos que Slytherin piensa que no merecen estudiar aquí.— Continuó contando McGonagall.

—Los impuros—Acotó Hermione y la profesora asintió.

—Claro que la hemos buscado muchas veces y tal cámara no aparece— Terminó de contar la profesora.

—Profesora, según la leyenda, ¿Qué es lo que vive en la cámara?—Preguntó Sofía.

—Se dice que la cámara alberga algo que solo el heredero de Slytherin controlará, se cree que es el hogar de un monstruo— Respondió la profesora.

Sofía y la cámara de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora