Capítulo 16: Diblaise

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—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella en los aseos —dijo Ron con amargura durante el desayuno del día siguiente—, y no se nos ocurrió preguntarle, y ahora ya ves...

—Nosotros podemos chicos, por favor, pasamos la noche rodeados de arañas en el bosque y ¿ahora les da miedo ir a un baño? Es ilógico — reprochó Sofía — piensen en Hermione, si ella estuviera aquí, querría que llegáramos al fondo de esto.

La aventura de seguir a las arañas había sido muy dura. Pero ahora a Ron y Harry, burlar a los profesores para poder meterse en un baño de chicas, pero no uno cualquiera, sino el que estaba junto al lugar en que había ocurrido el primer ataque, les parecía prácticamente imposible.

—¡Hola chicos! — dijeron al unísono, los gemelos Weasley.

Sofía había cruzado pocas palabras con casi todos los hermanos de Ron, pero desde que conoció al dúo presente, fueron sus favoritos.

—¡Hola! ¿Alguna broma planeada para hoy? — preguntó Sofía.

—Hoy es día de descanso, ¿verdad George? — contestó Fred

—Exacto, hermano mío — dijo George — ¿y tú, Sofía, qué haces sentada en la mesa de Gryffindor? ¿Ya te expulsaron de Slytherin?

Sofía río ante la pregunta del pelirrojo.

—Aún no, denme un mes mas y seguramente estaré mudándome a su sala común — bromeó — Snape hoy no vino a desayunar y tenía que echar chisme con estos dos, vi la oportunidad y la aproveché.

—Así se hace, pequeña— dijeron los dos al mismo tiempo.

Estuvieron bromeando todos juntos un rato más hasta que terminó el desayuno.

En la primera clase que tuvieron, Transformaciones, sin embargo, sucedió algo que por primera vez en varias semanas les hizo olvidar la Cámara de los Secretos. A los diez minutos de empezada la clase, la profesora McGonagall les dijo que los exámenes comenzarían el 1 de junio, y sólo faltaba una semana.

—¿Exámenes? —aulló Seamus Finnigan—. ¿Vamos a tener exámenes a pesar de todo?

Sonó un fuerte golpe al lado de Sofía. A Neville Longbottom se le había caído la varita mágica, haciendo desaparecer una de las patas del pupitre. La profesora McGonagall volvió a hacerla aparecer con un movimiento de su varita y se volvió hacia Seamus con el entrecejo fruncido.

—El único propósito de mantener el colegio en funcionamiento en estas circunstancias es el de darles una educación —dijo con severidad—. Los exámenes, por lo tanto, tendrán lugar como de costumbre, y confío en que todos estén estudiando duro.

¡Estudiando duro! Nunca se le ocurrió a Sofía que pudiera haber exámenes con el castillo en aquel estado, sin embargo, no le molestaba, la morena tenía confianza en sí misma de que le iría muy bien. Se oyeron murmullos de disconformidad en toda el aula, lo que provocó que la profesora McGonagall frunciera el entrecejo aún más.

—Las instrucciones del profesor Dumbledore fueron que el colegio prosiguiera su marcha con toda la normalidad posible —dijo ella—. Y eso, no necesito explicarlo, incluye comprobar cuánto han aprendido este curso.

Sofía contempló a sus amigos.

Harry tenía cara de concentración, como si se preguntara: «¿Qué había aprendido durante aquel curso?»Y No le viniera nada a la cabeza ni una sola cosa que pudiera resultar útil en un examen.

En cuanto a Ron, parecía como si le acabaran de decir que tenía que irse a vivir al bosque prohibido.

Blaise en cambio estaba durmiendo en el asiento frente a ella, y Theo sentado al lado del moreno, le colocaba papelitos en el pelo, con ayuda de Malfoy, el cual se encontraba sentado frente a los chicos.

Sofía y la cámara de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora