-Oye ¿Estarás bien? - preguntó Miru.
-Sí- con lágrimas entre ojos contestaba Saori.
Miru secó las lágrimas de los ojos de Saori, pidiéndole que se calmara. Cuando Saori dejo de llorar le dio un fuerte abrazo a su rescatista.
-Gracias por ayudarme... disculpa ¿cuál es tu nombre?
-Sanders Miru, mi apellido viene de América, mi padre es estadounidense. Mi madre es japonesa. Llamame Miru para que no haya problemas.
-Así que Miru, mucho gusto, soy Yamashita Saori.
Cuando Miru le dijo que era momento de irse a su casa, Saori apenada le pidió el favor si lo acompañara a su casa.
-Mis lentes me los rompieron y casi no veo. Apenas distingo tu rostro.
Miru acepto en acompañarla hasta su casa. Tras el transcurso le comentó a Saori que no le tenga miedo a Ryoko, le explicó que en su casa vive en carne propia lo que es el abuso hacia su madre.
Si tienes algún problema puedes contar conmigo.
Saori se sujetaba fuertemente del brazo de Miru. Su vista es muy mala. Sus lentes son "especiales" o al menos así le hace creer su madre.
Miru pedía indicaciones y referencias para encontrar su casa.
Cuando entran a una calle para tomar un autobús, Miru parecía contener la risa. Tomaron la ruta 90, para un viaje de 15 minutos para llegar a la parada donde vivía Saori. Al momento de bajar en la parada de descenso, vieron como las estrellas vestían a la noche.
-¿Tan rápido anocheció?
-Recuerda que es otoño, anochece más rápido. ¿Por cuál camino es tu casa?
-En esa calle. En la calle Shiro.
Caminando sobre la calle, se escuchaban los grillos. Pequeñas luciérnagas iluminaban el camino.
-Creo que aquí es.
-¿Segura?
-Sí, bueno ¿puedes leer esta placa si tiene mi apellido?
-Sí, dice Familia Yamashita, bueno... hasta mañana vecina.
-¿Vecina?
-Vivo a lado tuyo. Es irónico... no te había visto cuando mi mamá me lleva a la escuela.
Saori mostró una gran sonrisa. Los años de la primaria fueron buenos para ella, si tenía problemas él venía y me ayudaba, los acosadores nunca la molestaron más. Solo una vez si se peleó con alguien a golpes en sexto grado.
-Te dije que no te pelearas con él, mira esas heridas que tienes en la cara.
-No pude evitarlo Saori. No puedo ver que una niña sea maltratada, en especial a ti tonta, eres mi amiga y no quiero que te lastimen.
Siempre me cuidaba. Mi corazón late muy rápido. ¿Será esto el amor? Que estoy diciendo... casi tengo 13 años, aun no debo pensar en eso.
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Más allá de una sonrisa
RomantizmA veces las sonrisas, son máscaras que ocultan las verdaderas intenciones. Por más que trates de ver a sonreír a esa persona, la vida puede dar otro significado. Detalla la historia de jóvenes que tratan de buscar sus objetivos, buscando su propósi...