—Hey Kaname— Llamó Inuyasha a la joven que tenía cerca. La azabache se acercó tratando de no verse afectada por el repentino cambio de nombre.
Bien, podía pasarle la confusión solo porque no se presentó antes —Mi nombre es Kagome joven Taisho— informó cuando estuvo delante, sonriendo en todo momento —¿Hay algo en lo que pueda ayudarlo?
Inuyasha torció la boca. No le gustaba que lo llamaran por su apellido, molesto por la acción, volvió su visita la pantalla de su celular entonando despreocupado —Como sea, Kaname, ve a comer. Tienes una hora— le ordenó ignorando la parte de su nombre a propósito.
En ese instante Kagome sintió ganas inmensas de tomarlo por la camisa y escupirle su nombre sílaba por sílaba ¿Como sea? ¿Acaso no tenía el mínimo tacto para tratar a la gente? ¡Le acababa de decir su nombre! Con el ojo crispado se aguantó la molestia asintiendo únicamente. Se giró apretando los puños mientras inhalaba una gran cantidad de aire para calmarse.
Ella no era alguien que hubiese amado su nombre desde el primer instante ¿De acuerdo? Ella no lo había elegido en primer lugar, le tomó un tiempo apreciar realmente la intención de su madre llamándola de esa manera. Por alguna razón, esa sensación de impotencia que no experimentaba desde hace mucho se adueñó de ella. Era la misma picazón incómoda que sentía cuando los otros niños se burlaban de su nombre ¡Simplemente molesto!
Pero hubo experiencias en su larga carrera que le resultaron más estresantes y las había manejado bien. No podía dejarse vencer únicamente por el enojo momentáneo. Desgraciadamente, también necesitaba a este hombre.
—¡Jakotsu!— lo escuchó llamar por detrás de ella —Hey, tú. Dile a Jakotsu que vaya a comer también— le ordenó antes de ignorarla por completo. Una vez más el enojo quiso apoderarse de su mente mientras apretaba los dientes.
A pesar de que su verdadero carácter le impedía mantenerse callada en ocasiones, había pasado una larga temporada fingiendo ser otras cien personas. Oprimir su creciente ira también fué de alguna forma parte de su entrenamiento. Mejorar esa capacidad de encubrimiento le resultaría beneficioso. Intentó ser positiva mirando lo bueno de la situación en todo momento.
Koga que había sido arrastrado por Ayame casi literalmente a su lado, intentó darle ánimos cuando vió a la azabache pasar, diciendo en voz baja —No le hagas caso, es un idiota— Kagome sonrió a ambos, si excluía a la pelirroja del saludo tendría problemas con ella. Por el momento lo que menos necesitaba eran obstáculos innecesarios.
Sin aceptar el consuelo sólo atinó a pronunciar —Me voy a comer— luego entró a los cambiadores encontrándose con Jakotsu quien hablaba por teléfono alegremente. Le susurró que él también podría irse antes de tomar su ropa y entrar al cubículo.
Inuyasha se mantenía concentrado en su partida de Pubg aunque muy en el fondo le causara gracia la mirada indiscreta que le dedicó su empleada nueva momentos antes. Sabía que era alguien atractivo, eso lo había comprobado varias veces con diferentes mujeres y no era la primera vez que alguien lo viera tan descaradamente.
Sin embargo lo que le causaba risa era que ella pudiera pensar en tener una oportunidad con alguien como él. Era inverosímil que hasta resultaba gracioso. Tan solo bastaba con verla, ese uniforme holgado, su pelo recogido en una floja cola de caballo le indicaba cuan descuidada era con su apariencia.
—Me voy— anunció Kagome pasando delante suyo, él no le prestó atención musitando un bajo "ajá"
La chica suspirò resignada, no tenía caso seguir pensando en su comportamiento, de uno u otro modo tendría que llegar a ser su amiga, los esfuerzos que ella y su equipo pusieron en infiltrarse aquí no podían desperdiciarse por el capricho de un niño bonito o por su propio enojo.
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Camouflage
FanficLo que se oye y se ve suele olvidarse, sin embargo con los sentimientos no es así. - ⚠ ¡Advertencia! Historia con contenido para público mayor de quince años preferentemente Contenido AU y OoC Lenguaje ofensivo y escenas que pueden dañar la sensib...