El olor típico de un circuito quemado era inconfundible. Su picor penetraba las fosas nasales provocando ardor en los cornetes. Algo a lo que ella estaba acostumbrada después de haber hecho volar algunos electrónicos durante su adiestramiento.
Adentro, Inuyasha había estado cuidando la forma en retirada de Kagome, observando esa bendita mezclilla ajustarse con precisión a sus caderas. Tan embobado como se encontraba, el simple vibrar de su celular en el bolsillo interno de la chaqueta lo hizo dar un respingo. Al grado de arrojar el vaso de café al piso.
Mala suerte para él. Buena suerte para ella. Todo era relativo.
La bebida se derramó por el suelo hasta encontrar su camino en el regulador que alimentaba los monitores de seguridad ¡Zuish! Para cuando quiso salvar la situación, era tarde.
Apurado atendió la llamada de su madre mientras hacía viento contra el aparato con una revista. —Hola mamá —intentó sonar lo más casual posible.
Izayoi le respondió de la misma manera, con felicidad impregnada en el tono. —Hola cariño ¿Cómo has estado?
El joven torció la boca ahuyentando el olor que comenzaba a irritar su nariz. —Estoy bien má ¿Cómo lo están pasando ustedes?
—Oh, nosotros estamos de maravilla. Pero tenía curiosidad por cómo estaban las cosas por allá —. Izayoi no desconfiaba de Inuyasha, solamente le gustaba llamarlo para saber de él. Además tenía curiosidad por su estado de animo real. Al ver a Kikyo promocionando en programas hace un par de días, se dio cuenta de que probablemente algo andaba mal entre ellos. Los conocía tal cual la palma de su mano, como para asegurar que habían peleado por esa razón.
—Todo en orden. Las ventas no son tan grandiosas como en otras épocas del año, pero no estamos mal.
—Me alegro, corazón. Espero que también te lleves bien con la nueva empleada. No quiero llegar y oír algo como lo que pasó con Yura.
La modulación de la mujer era entre advertencia y broma. Recordaba lo "exigente" que fue su hijo con Sakasagami en su época de novata. La pobre muchacha apenas y podía respirar un poco cuando Inuyasha ya le estaba dando una nueva tarea. Todo porque en ese entonces también peleó con su novia. —Me gustaría que se llevaran bien. Espero tener a Kagome trabajando con nosotros mucho tiempo.
El ambarino sonrió de lado olvidándose momentáneamente de su malogrado regulador. Él también esperaba llevarse bien con la nueva, mucho más que eso. —No te preocupes mamá. Seré un buen jefe mientras no estés.
—De eso no me cabe duda terrón, por cierto, antes de que lo olvide. Acordé recibir al proveedor de abrigos el siguiente martes, parece que su nuevo catálogo ya está circulando, para que revises algunas propuestas y hagas el pedido ¿De acuerdo?
—¿El señor Satsuki vendrá el martes? Entonces necesitaré enviarte algunas fotografías. Sabes que no escojo buenas opciones.
—Puedes apoyarte de Jakotsu, él sabe perfectamente qué elegir. Ah, tu papá acaba de volver de la recepción. Parece que nos ganamos unos cupones ¿Quieres saludarlo?
Después de que su madre dejó la línea a cargo de su padre, estuvieron charlando de asuntos triviales durante un par de minutos. Aunque Inuyasha no era exactamente apegado a Toga, todavía le mostraba respeto.
—Nos tenemos que ir hijo. Cuando tomes tus vacaciones tal vez debas venir aquí. El lugar es fabuloso.
—Claro, me lo pensaré. Los veré dentro de unas semanas.
De esa manera terminó su intercambio. Nuevamente observó los aparatos dañados sin poder reprimir una maldición —Joder—. Cabía decir que para su fortuna, el CPU estaba conectado en otro regulador, lo único que tenía que hacer era cambiar los monitores cortocircuitados por nuevos.
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Camouflage
Fiksi PenggemarLo que se oye y se ve suele olvidarse, sin embargo con los sentimientos no es así. - ⚠ ¡Advertencia! Historia con contenido para público mayor de quince años preferentemente Contenido AU y OoC Lenguaje ofensivo y escenas que pueden dañar la sensib...