(Love &) Hate [Catradora]

♡~Capítulo XLI~♡

Desperté al escuchar una puerta abrirse, junto al tintineo de llaves. Levanté mi cabeza, notando el dolor de mi espalda al haber dormido apoyada en la cama y sentada en la silla. Adora seguía dormida, por lo que mi cabeza tardó en procesar quién podría estar entrando. Miré el reloj y me encontré con que eran las 2 pm.

—¿Será Mara...?—. Miré la cómoda junto a la cama, notando que el bowl donde había servido la sopa para Adora estaba vacío. Sonreí satisfecha.

Me levanté, dispuesta a calentar la sopa y ofrecerle un poco a Mara. Acercándome a la sala, noté bolsas tiradas en el piso, como si alguien hubiera entrado corriendo. Miré atentamente y noté el bolso de Mara, junto a las llaves, el celular y otras pertenencias en el suelo. Un sonido fuerte proveniente del baño me hizo reaccionar.

Corrí hacia el baño, encontrándome con Mara con su rostro en el retrete. Sin dudar un segundo, sostuve su cabello castaño hacia atrás, sobando su espalda.

—Gracias, Catra...—dijo, con su voz ronca. Tomando su estómago, se dirigió al lavamanos, lavando su rostro. A pesar de su tez morena, podía decir que estaba pálida.

—¿Te encuentras bien?—miré sorprendida hacia la puerta. Una Adora con rastros de recién haber despertado miraba a su hermana preocupada.

—Sí, sol... estoy bien. Sólo me mareé un poco en el ascensor...—. Las dejé conversar, yendo a la cocina para calentar la sopa. Debido a lo liviana que la había hecho, podía ser un plus para Mara.

Ambas vinieron a la cocina, sintiendo el olor del caldo. Colocaron los cubiertos en la mesa y comencé a servir los platos.

—¿Y? ¿Tienes lo que te pedí?

—Sí, señorita. Aquí tengo las fotos que usted exigió. Fueron tomadas por un transeúnte hace unos días. Algunas no tienen el ángulo completo, pero aquí se ve claramente que la mujer morena es la señorita Catra.

—Buen trabajo...—. La mujer miraba las imágenes con, a la vista de su compañero, una escalofriante sonrisa en su rostro. Había alrededor de 10 imágenes impresas, unas oscuras y otras a la luz del día—. Muy buen trabajo, muy bien hecho—dijo para arrancar el motor del auto y salir del parque en el que estaban estacionados.