♤~Capítulo LI~♤

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Estaba en el baño, bañando a la pequeña Bee, mientras mi cabeza divagaba en el sonido de las llaves en la puerta del departamento vecino

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Estaba en el baño, bañando a la pequeña Bee, mientras mi cabeza divagaba en el sonido de las llaves en la puerta del departamento vecino. Catra estaba en Londres, ¿verdad? Podría ser Scorpia o Entrapta, o incluso podrían ser vecinos nuevos...

Lavando el cabello de Melsy, recordaba el momento en que Catra me había ido a buscar a un bar cuya dirección no conocía y me había traído a casa, ebria, para ayudarme con la jaqueca, a estar sobria y a bañarme.

—¿Mamá?—. Miré sorprendida a Bee, viendo sus ojitos con preocupación. Sonreí, aceptando el nuevo apodo. 

—Todo bien, pequeña. Sólo estoy perdida en mis pensamientos—. Melsy siguió jugando con su muñeca en el agua, mientras mi cabeza seguía divagando en recuerdos.

Lavando el rubio cabello de mi hija, comencé a pensar en cómo mis problemas se habían resuelto.

Con su simple entrada en mi vida, resolvió mis faltas de salud. Me obligaba a comer con ella las cuatro comidas del día, me distraía para jugar con Swiftie cuando mi cabeza pensaba en lo sucedido en Nueva York, me dejaba llorar con ella algunas noches, aunque ambas tengamos motivos diferentes para hacerlo.

Puede que yo la haya salvado de su padrastro, pero lo sentía como si ella me hubiese salvado de caer en un pozo negro sin fin.

—¿Puedo salir, mamá? Tengo frío...—. Bee me tomó de la mano.

—Claro, linda. Buscaré una toalla, ya vengo.

Luego de sacarla de la ducha, la cambié, sequé su cabello, y la acurruqué entre las mantas de su nueva habitación, la cual solía ser mía.

Nuestro departamento estaba compuesto por tres habitaciones, la cocina unida al comedor y un baño. Habían dos habitaciones que estaban más unidas mientras que otra estaba más distanciada. Apenas compramos el departamento, habíamos decidido con Glimmer usar las habitaciones continuas y dejar la separada para Bow.

Luego de volver a Nueva York con Bee, Glimmer me propuso que me ubique en su habitación y dejarle la mía a Bee, ya que ella se mudaría a la habitación de Bow, su pareja. No estaba segura de cuántas veces le había agradecido por dejarme su habitación, además de las veces que les pedí perdón por salir de la nada con una niña y pedirles que me dejen mantenerla aquí. Al menos, fueron amigos comprensivos, y me dejaron, diciendo que no había necesidad de disculparme y que sería divertido tener una niña en la casa, puesto a que alegraría los días.

Luego de asearme, agotada por el viaje, quise acostarme a dormir, pero apenas lo hice un recuerdo me llegó. Los últimos días que estuve aquí dormí en esta habitación.

Un desconocido impulso se apoderó de mi cuerpo, logrando que me levante y me dirija al ropero de la habitación. Todo estaba allí, todo.

—Está aquí...—. Saqué el remerón blanco, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer a grifo abierto. Lo acerqué a mi rostro para sentir su fragancia. Parecía lavado, blanco cual papel.

(Love &) Hate [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora