♤~Capítulo LIII~♤

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Volví a mi lugar, esperando tener control sobre mis impulsos y mis hormonas

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Volví a mi lugar, esperando tener control sobre mis impulsos y mis hormonas. Al parecer, había bastante clientela por ser una de las pocas gomerías de la zona.

Los autos comenzaron a llegar y no podía evitar observar el taller de reojo. Quería golpearme mentalmente por estar siempre cerca de ella, siempre pensando en ella, siempre todo girando a su alrededor.

Pude ver un grupo de tres chicas, notablemente universitarias, bajando del auto y hablando con Catra. Fruncí mi ceño.

¿Todos sus días son así? Entiendo que esté más buena que el pan, pero no creí que llegaría al punto de dar vuelta a cada niña hetero que camine frente a ella...

Seguí con los papeles del lugar, organizando las facturas y demás, hasta que Catra se asomó a la caja. La miré con una ceja levantada.

—Hey, princesa —. Ahí está de nuevo, esa sonrisa coqueta. No respondí y sólo la miré fijamente, esperando que continúe con sus palabras—. Estas muchachas quieren un lavado de auto y un cambio de las llantas traseras, ¿lo anotas?

—¿A nombre de quién?—. Podría jurar que hacía lo posible en mi sistema para mantener mi postura y no tirar de su camisa y besarla frente a todos, sin importarme nada. Catra giró en su eje, supongo para preguntar el nombre de la dueña del auto.

—¿A nombre de quién lo dejas?—gritó lo suficientemente alto como para que la escuchen fuera del taller. La mujer se asomó y pude observarla mejor. Alta, de tacos y shorts, un top que cubría solo su pecho y una chaqueta encima. Me abstuve de rodar mis ojos.

—A nombre de Chloe—. Anoté en el papel de pedidos, esperando que aquello sea todo y que la mujer se marche con sus amigas cuanto antes.

Apoyé mi cabeza sobre mis manos, recapacitando en mis sentimientos y pensamientos. ¿Por qué me fui? Ah, por mi salud mental y física. No sé si ella se consiguió una pareja y siguió adelante. Al fin y al cabo, no sé si sigue casada con Rogelio, no sé si su apellido sigue siendo Weaber, no sé nada de ella... Y lo mejor sería que se quede así.

Cerré los ojos, hundiendo mis ocurrencias en el negro de mis párpados internos.

Sería lo mejor para ambas que no crucemos más caminos, ¿verdad? Pensándolo mejor, fue Weaber quien nos estuvo separando todo este tiempo. La obligó a Catra a mantener una relación falsa, casarse por arreglo y demases...

Levanté mi cabeza, encontrándome con dos ojos de distinto color muy cerca de los míos. Instintivamente, moví mi cabeza hacia atrás, escuchando la velocidad a la que latía mi corazón.

—¿Te sientes bien?—. Asentí—. Procura no dormir en el trabajo —dijo, para finalmente retirarse hacia el taller. Largué todo el aire almacenado en mis pulmones, volviendo a mi trabajo. Pude ver a lo lejos a un hombre dirigiéndose hacia la tienda, por lo que me dirigí a atenderlo.

(Love &) Hate [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora