□~Capítulo II~□

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Me encontraba con mis amigas, nuestro viaje había finalizado

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Me encontraba con mis amigas, nuestro viaje había finalizado. Nos habíamos inscrito en la universidad y estábamos buscando un trabajo. Yo estaba desesperada por conseguir uno relacionado a mi carrera, ingeniería en sistemas. Pensaba en trabajar en alguna tienda de celulares o algo por el estilo, pero si no consigo, algo que me de buena cantidad de dinero y sea fácil.

Venía investigando en mi celular, pensando en los lugares cercanos en los que podría averiguar. No llegué a darme cuenta de lo rápido que estaba caminando, hasta que un cuerpo me tiró al piso.

¿Qué carajos acaba de pasar?

Miré mi entorno y pude ver una cabellera rubia junto a unos ojos celestes. Estaba tirada en el pavimento de la vereda, con el semáforo en verde. Conecté los cables y en seguida recapacité en que esta mujer desconocida me había salvado la vida.

—¡Oye! ¿Te encuentras bien? De verdad, gracias por salvarme. Fue mi culpa, no veía por dónde caminaba.— Me estaba arrepintiendo demasiado de haberme hundido en mi celular.

—Está bien, no te preocupes. Lo que importa es que estés bien.— Una voz con tonos amables y sinceros salió de su boca. La verdad, lo había hecho por reflejo y se notaba en su mirada. Creo que no podría estar más agradecida con la rubia.

—¿Segura? Amortiguaste mi caída. ¿Te duele la cabeza? Tal vez debamos ir al hospital...

—Tranquila, me encuentro bien.

Es entonces cuando veo a Catra y Scorpia venir corriendo como si se hubieran unido a una maratón, las veía preocupadas.

Scorpia me ayudó a levantarme, preguntándome qué había sucedido y si me encontraba bien.

—Tu... tú eres la niña del orfanato—. Miré a Catra, parecía confundida y sorprendida.

—¿Catra?— dijo la joven rubia, quien parecía a punto de llorar. Yo intercambiaba miradas con la albina. No comprendíamos qué estaba pasando.

—¡Catra!— gritó, saltando a darle un abrazo a mi amiga. Catra no parecía cómoda en el abrazo, pero por respeto quiso devolverlo, como le habíamos enseñado con Scorpia.

De un momento a otro, los brazos de la joven se aflojaron y vimos como Catra hacía fuerza sobrehumana para sostenerla.

—Chicas... u-na mano...— El rostro de la morena se transformó. Miré con urgencia a Scorpia y corrimos a su ayuda.

—Se desmayó, déjenmela a mí.— Scorpia comenzó a revisarla—. Su pulso está uniforme, su respiración también... Chicas, necesito que tomen tiempo.

Torpemente, tomé mi celular del bolsillo y puse el cronómetro a andar.

Scorpia estaba calculando cuanto tiempo llevaba desmayada. Yo sólo podía mirar el cronómetro, notando los nervios de Catra.

(Love &) Hate [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora