Obediencia |+18| (borrador)

13

Tres días pasan antes de que algo interesante ocurra. Nos hemos limitado a recorrer la isla, comer y dormir, porque, además, el clima no ayudó mucho.

Hace cinco días que estamos aquí.

— ¿Sabes jugar algún juego de cartas?

Niego cuando Zaid me observa. Está lloviendo de nuevo y hace bastante frío.

— no.

Él intenta enseñarme uno durante la siguiente hora, pero ni siquiera soy capaz de retener el nombre. Lo cierto es que estoy distraída, no sé con qué.

— ¿Entendiste?

— no, Zaid.

— estás distraída— él estira el brazo y pone sus dedos alrededor de mi mentón, haciendo que levante mi vista— ¿En qué estás pensando?

— en nada en específico— digo, alejando mi rostro con sutileza y abrazando mis piernas, solo para poner algo de distancia— ¿Cuándo vamos a regresar?

— ¿Qué extrañas de allá, Siria? — Zaid se deja caer sobre su espalda, ya que estamos sentados sobre el colchón, en la habitación.

— nada en específico. ¿Quién está cuidando de Shaytan?

— hay gente en la casa— asiento, distraída.

— Zaid.

— ¿Uhm?

— dijiste que querías enseñarme a defenderme.

— ¿Y tú quieres aprender?

No digo que sí.

— estoy aburrida— Zaid me observa unos cuántos segundos, comenzando a ponerme nerviosa— ¿Entonces?

— está bien, pero antes necesito saber qué es lo que puedes hacer.

— ¿A qué te refieres?

Zaid niega y yo estoy más confundida aún. No termino de entenderlo.

— ¿Alguna vez has disparado un arma?

— ¿Qué? No, claro que no.

— siendo honesto, Siria, si intentaras defenderte cuerpo a cuerpo, perderías— él me observa y yo frunzo el ceño— ¿No me crees?

— no dije nada.

— eres delgada y no tienes mucha fuerza— me dice— si un hombre como yo intentara atacarte, no podrías defenderte.

— ¿Entonces?

— tienes que usar algo que no sea tu cuerpo.

— ¿Y por eso quieres que use un arma?

— mínimamente, tienes que aprender a disparar.

— no creo que pueda hacerlo.

— pongámoslo así— Zaid se acomoda frente a mí— te están atacando, es tu vida o la de ellos, ¿Dispararás?

— ¿Por qué lo haría?

— ¿Y si tuvieran a Claire, tu amiga? ¿Si la única forma de que no le hicieran daño fuera disparando? ¿Lo harías? — no respondo nada, analizando sus palabras— ¿Lo ves?

— aún así... matar a una persona es... demasiado.

— nunca dije que debías matar, puedes herir— él me sonríe— puedes darte tiempo suficiente para escapar.

— ¿En serio crees que yo algún día tendré que usar algo de esto?

— ¿Quién sabe? — se encoge de hombros. Luego, Zaid estira uno de los brazos por encima de la cama hasta llegar al buró del costado y abre un cajón— le sacaré las balas.