Espero que les guste este extra, sepan disculpar si hay errores, porque lo hice desde el celular :/
¡Buen fin de año! Deseo que el 2021 sea mejor para todxs
Mis manos tiemblan ligeramente mientras estoy apoyada en la fuente de Neptuno, donde acordé encontrarme con Valentino.
—¿Siria?— me giro por su voz y le doy mi mejor intento de sonrisa.
—hola—él se acerca, también sonriendo. A diferencia de mí, no luce tan nervioso.
Me agrada que nada en su contextura física me recuerde al pasado. Tiene el cabello rubio, casi castaño claro y, a pesar de tener un cuerpo que luce trabajado, no tiene musculatura exagerada como...
—¿Cómo estás?
Casi vomito antes de venir.
—bien, ¿Tú qué tal?— el nerviosismo hace que mi acento se marque más y mi vida fuera de Italia queda evidenciada, pero Valentino es lo suficientemente correcto como para no hacer un comentario al respecto.
—bien—él mueve su mano y, sin tocarme, señala hacia el frente —pensé que podíamos caminar un poco, ¿Eso está bien para ti?
Caminar ayuda a que me relaje, así que asiento.
—sería genial.
—¿Tu hermano sabe que estás aquí?
—si, él y Gina... — luego me muerdo la lengua —¿No debía decirles?
—puedes decirle a quien quieras, Siria—él me da una sonrisa vaga.
—bien, genial— carraspeo nerviosa y ambos nos detenemos para esperar a cruzar la calle. No decimos nada por unos segundos y cuando él pone la mano en la parte media de mi espalda para cruzar, me sobresalto—lo siento, yo...
—disculpa—él deja caer la mano y me observa—lo siento, no lo pensé.
—no importa, no debería... estoy nerviosa, solo es eso—me apresuro a explicar—tengo... no me gusta que me toquen, tengo algunos problemas con eso—murmuro—no tiene nada que ver contigo, solo...
—Siri, respira—él me da una sonrisa leve—está bien, relajate. No voy a volver a tocarte a menos de que lo quieras—me dice.
Me tranquilizo.
—gracias.
—¿Quieres que tomemos un café aquí? —él señala una cafetería familiar, en la antesquina—¿O prefieres hacer otra cosa?
—si, bien. Un café suena bien.
Cuando encontramos una mesa cerca de la ventana, nos sentamos frente a frente.
—entonces, ¿Cuántos años tienes? —me pregunta.
—veinte, ¿Tú?
Él parpadea confundido.
—lo siento es que pareces más joven— me dice— yo tengo veintidós.
—si, lo sé—ni siquiera terminé de acostumbrarme a decir mi edad real, porque siempre pensé que tenía menos— ¿Conoces a mi hermano hace mucho?
Él parece meditarlo por unos segundos.
—pues... desde niños, hace más de diez años.
—es es mucho tiempo.
Me sonríe.
—lo es, sí. Por un tiempo no nos vimos porque estuve fuera del país, estudiando.
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Obediencia |+18| (borrador)
Chick-Lit-Nada es lo que parece, Siria y debes tener algo muy en claro: "La obediencia puede llevarte al placer más profundo o al castigo más salvaje". Siria vive en lo que ella siempre conoció como un convento. Allí, las Madres educan a las mujeres para se...