Obediencia |+18| (borrador)

39

(ZAID)

Un mes atrás.

Salgo de la habitación, dejando a Siria sola. Se ha encerrado en el cuarto de baño y la verdad es que ponerme a discutir con ella ahora no me parece la solución, así que doy un portazo y me encierro en mi oficina, mientras espero.

Mantengo mi cabeza centrada en los papeles frente a mis ojos, dejando que el tiempo pase y cuando estoy un poco más calmada, bajo a la cocina con intención de conseguirnos algo de comida y hablar. La he cagado, eso lo tengo claro. Hacerle daño a Siria no sirvió de mucho, porque ni siquiera es que ella ahora se comporte bien conmigo, solo he logrado que me odie más.

¿Importa? Es tuya.

La voz molesta de mi padre me atormenta, incluso cuando ya está muerto.

Bajo a la cocina, pero antes de empezar a preparar la comida, escucho algunos ruidos. Me acerco a la ventana que da hacia la parte delantera de la casa y veo que uno de los guardias está despidiéndose de Ahmed. Reconozco su auto y de hecho, creo que tiene el fin de semana libre. No mucho después, alguien golpea la puerta de entrada.

—pasa.

—señor, Ahmed ya se ha ido, ¿Necesita que haga algo más o puedo ir a la casa?

—ve a descansar, Samed— le digo— ¿Alguien se quedó en la entrada?

—Jamil está haciendo guardia.

—perfecto, entonces ve a descansar.

Él asiente.

—tenga buena noche.

Cuando sale, yo decido que debo asegurarme de que Siria no haya hecho alguna estupidez y que probablemente es mejor hacer que baje y que se quede en la cocina conmigo, pero cuando llego a la habitación, ella no está.

—¡Siria! — recorro todo el piso superior, reviso la otra habitación e incluso mi oficina pero no está— cuando te encuentre voy a matarte, ¡Esta vez es en serio! — vocifero.

Cuando termino por asumir que la chica desapareció, llamo a Samed— sé que estás en tu horario libre pero Siria desapareció.

Él luce bastante nervioso.

—puedo revisar las cámaras—murmura.

—si, hazlo— mientras tanto, yo salgo al patio sin esperanza de que ella esté.

¡Mierda! Si ella se escapó y de algún modo logra llegar con la policía, estoy jodido. Me acerco a la entrada y los guardias me observan, claramente sin ningún indicio de haber visto a Siria. ¿Tal vez ella sigue dentro?

Los interrogo, pero es obvio que no la vieron.

—el único que salió desde la tarde es Ahmed— me dice uno de los dos— no lucía alterado y no había nada en su auto que levantara sospechas.

—¿A dónde dijo que iba?

—creo que dijo que iría a ver a su madre o algo así.

Frunzo el ceño.

—bien— vuelvo al interior de la casa y encuentro a Samed, luciendo nervioso— dime que encontraste algo.

—Ahmed se la llevó—dice— en la cámara que da al patio se la ve correr y que él la arrastra dentro de la casa donde dormimos— dice— ¡Ni siquiera la vi cuando fui! —gruñe— él debió haberla subido al coche.

—¿La secuestró?

—no... no lo sé— él se frota el rostro— ¡Mierda!

—trae su archivo, vamos a ver dónde vive su madre, toda su jodida familia y...— él no necesita que diga más, ambos sabemos que si Ahmed tiene a Siria, voy a matar a cada puto integrante de su familia.