Valeria.
Despierto con un frío insoportable recorriendo mi piel y doy vueltas en la cama, buscando calor. Al no encontrarlo, me acurruco y cierro los ojos intentando conciliar el sueño, pero lo único que se me aparecía en la mente fue la noche anterior cuando le conté a Alex sobre mis padres.
Mi pasado no tenía tanta relevancia con la de Alex, no era tan destructivo que me amarraba y no me dejaba salir hacia adelante. Pero todos los pasados, sin importar de quien sea, tienen una importancia relevante.
Cada lucha interna equivale a la más grande de las tormentas, y lo único que queda por hacer, es luchar contra ella.
A poca gente le he contado sobre la excesiva perfección que desean mis padres, y nadie han hecho algo al respecto, tampoco nunca esperé aquello de alguien. Ya que no era muy grave, solo uno deja de luchar por ser quien quiere ser y se deja llevar por los mandatos.
Pero yo no quería volver a eso, yo quería ser como era ahora. Feliz y sin límites. Podía saltar de la emoción y dar abrazos cuando quisiese. En FullLove, mi ciudad natal, todo movimiento debía ser calculado anteriormente.
Y esa fue una de mis mayores preguntas cuando mis padres me dijeron sobre HopeHould, si habían luchado tanto para que yo sea recta, ¿por qué me enviaron a un pueblo en donde ellos no podrían vigilarme?
Con tantas preguntas en mente me levanto de mi cama y ordeno mi cabello en una coleta alta. No podía conciliar el sueño, así que me levantaría a sacar fotografías al pueblo y subirlas a una cuenta secreta que tenía en Instagram. La había dejado algo abandonada por los estudios y mi nueva relación —que no es relación, uis, eso suena mal— con Alex.
Le eché un vistazo rápido y capté una con la primera chica más bella que conocí en este viaje, fue en el avión que me hizo escala, no recuerdo su nombre, y creo hasta que nunca me lo dijo, pero era tan guapa y con vibras tan altas que no me aguanté en sacarnos una fotografía juntas. Ella era de esas personas que uno nunca se olvida, sin importar de no conocerla. Y aun recuerdo cuando me admitió que no le gustaba leer, a la vez que tenía un libro en sus manos. ¿Cómo algo tan insignificante, me podía causar tanto?
Ya después de ducharme, eliminando a la chica de mi cabeza, salgo de casa sin avisar y camino por el patio central del pueblo. Cada cosa hermosa que veo es guardada en mi cámara, al igual que las formas de nieve que se encontraban en los suelos.
Voy viendo desde mi preciada el alrededor hasta que diferencio una silueta saliendo del bosque trotando. Cada paso que daba se marcaba en el suelo, dejando agujeros en la espesa nieve.
«¿Alex? No»
Sus pasos se intensifican hasta que llega frente a mí, con ropa deportiva nada abrigada. Solo tenía un pantalón y una sudadera negra. En su lugar, me estaría congelando, porque además de que yo tenía encima grandes abrigos, por debajo mantenía largas camisetas que impedían congelarme. ¿Ir como él? Sería un suicidio.
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Las flechas de Alex
Teen FictionLos padres de Valei han tomado la decisión: su hija tenía que experimentar nuevas aventuras en un nuevo lugar, haciéndole espacio en la cabaña familiar del pueblo Hopehould. Ella quedará atrapada allí; en un pueblo repleto de nieve, que la dejara si...