Valeria.
Con ojos cansados veo en donde me encontraba en estos instantes. Estaba sentada en un auto con la calefacción al máximo y tapada con un abrigo negro con mi mochila a mis pies.
—Llegamos, Brown.
Con pereza elevo mis párpados y veo como un chico sale del auto para darse la vuelta y abrirme la puerta como un caballero. Sus ojos verdes intentos me hicieron volver a la realidad. Mierda.
—Vamos, bella durmiente. Tú familia te espera—. Murmura mientras aprieta el botón del cinturón de seguridad y me ayuda a bajarme del carro.
«Estuvieron demasiado cerca nuestros labios»
Ahora comenzaba a recordar todo.
No había dormido en toda la noche, me quedé hablando con Miller por horas y después se nos unieron Thiago y Cande cuando los profesores se aburrieron de buscarnos.
No nos descubrieron en donde nos habíamos escondido, pero nos anotaron igual por no encontrarnos en donde debíamos estar. ¿Lo bueno de todo esto? No hubieron castigos, ya que el maravilloso Felix Seconts convenció al director.Alex se ofreció en traerme a casa cuando nos dijeron que podíamos retirarnos a las seis de la mañana. Mi tía quedó nerviosa con el acto del castaño.
—Voy, voy.
Caminamos uno al lado del otro para llegar a la puerta y en cuanto toqué para llamarlas, mi tía abre con rapidez para después fundirme en un abrazo. Sus manos me corrieron el cabello del rostro y me dió un acaramelado beso en la mejilla.
—Valei, mi niña. ¿Te encuentras bien? Tuve que haberte dicho que no vayas a la escuela ayer, perdóname.
—Tranquila, Abigail. Estoy bien, la pasé excelente con los chicos.
Una sonrisa maternal fue dibujada en cada parte de su rostro, me abrazó nuevamente y después a Alex de manera distante.
—Gracias por traerla, fue un lindo gesto, Alexito.
¿Alexito? Puedo bromearle con ese sobrenombre al chico de la flecha.
—No hay de que, fue un placer.
Ellos siguieron conversando mientras deje mi mochila en el suelo y me senté cansada en el sillón. Veo como ambos se despiden y antes de que se vaya, ignorando la gran pereza que tenia, camino hacia él y le tomo de su brazo.
—¿No quieres quedarte un rato más? Tomáremos chocolate caliente—. Le pido con una sonrisa en mi rostro. Rogaba para que se quede un tiempo.
—Gastón me espera en casa, lo siento— besa mi frente por unos cuentos segundos y cierro mis ojos con su tacto.— Nos vemos, Brown.
—Nos vemos, Miller.
Y cuando lo veo alejarse, cierro la puerta para que no siga entrando el frío infernal que hacía allí afuera.
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Las flechas de Alex
Fiksi RemajaLos padres de Valei han tomado la decisión: su hija tenía que experimentar nuevas aventuras en un nuevo lugar, haciéndole espacio en la cabaña familiar del pueblo Hopehould. Ella quedará atrapada allí; en un pueblo repleto de nieve, que la dejara si...