Las flechas de Alex

14|Secretos revelados*

Capítulo dedicado completamente al chico que me anima los días y las noches. Si no fuera por él esta novela no estaría aquí.
Te quiero idiota.
Joteishon

[Leer con atención el capítulo]

Valeria.

¿Esa era Luna? Achino mas mis ojos para enfocar el otro rostro que se encontraba frente a ella. Carajo.

—¿Gastón?—pregunto mientras una mueca de duda reina en mi rostro ladeado.

—El mismísimo Gastón Miller.

Salto del susto mientras me preparo para golpear quien sea que me a asustado.
Una mirada eléctrica y repleta de serenidad crea que mi cuerpo se relaje por completo y desate mis intentos de lucha.

—Alex, me asustaste. Diablos.—Murmuro recuperando mi respiración que había aguantado por varios segundos de tensión.

—¿Espiando a niños? Ese lado tuyo no lo conocía.—Carcajea pero intenta controlarlo mientras yo lo observo expectante entre la oscuridad —Bromeo, ya conocía tu lado curioso. Desde la primera vez que te vi.

—Nunca te aburres, eh. Olvida ese día de una vez por todas. Tu mismo me hiciste prometer que nunca ocurrió.

—Pues me arrepiento—se coloca a mi lado y vemos a los peques mientras espero que prosiga —¿cómo no recordar el día que conocí a Brown? Es una manera interesante de conocer gente.

—¿Lanzando flechas?

Recuerdo entre segundos la conversación con Thiago, sobre el pasado de Miller con las flechas. Por segundos quise preguntarle sin rodeos, pero no era lo correcto. Él me dirá si cree que es necesario.

—Sí, ¿quién diría que hice una gran amiga gracias a una puta flecha?—Su rostro feliz se va a apagando de apoco y veo como ojos radiactivos ojos se van oscureciendo.

Ese mismo acto me recordó cuando lo encontré golpeado en la biblioteca y todavía no me dice la razón por la cual estaba de esa forma. Odiaba que su hermosa e intensa mirada se oscureciera y este sin sentimientos.

—¿No te gustan las flechas? Pensé que las amabas.

Gira unos centímetros su rostro para mirarme de reojo al estar ambos mirando a la entrada de mi casa mientras Gastón y Luna hablaban.

—Hay veces que las cosas que más amas, son las que más te dañan—. Su voz era neutra y su rostro solo expresaba que estaba absorto casi por completo en sus pensamientos—Esa es mi relación con las flechas.

Un gran silencio reinó el sector y solo se escuchaban los murmullos de los chicos que hablaban algo escondidos.
No sé porque sentía que esa frase me indicaba que su vida realmente no era la que aparentaba y me dolía en el alma, porque no fui capaz de ver como realmente es al verlo siempre con una sonrisa en sus labios.

Quería cambiar el tema, así que con cuidado de mis palabras, pregunto.

—¿Que hacen ellos dos?

—Hablan, ¿no es obvio?—Arrugo mis cejas y el castaño niega—Eso es lo que hacen los novios; hablar. Verse, besarse. ¿No conoces lo que se hace al tener pareja?

«¡Qué carajo!» mi mente grita mientras mis ojos de abren por completo y mi cabeza comienza a explotar.

Ella nunca me lo dijo, además siempre da comentarios extraños con el mini Miller. Carajo, por lo mismo.

Si son novios y su hermana esta enamorada de su pareja... doble carajo.

—N-no sabía.

—¿No sabes lo que hacen las parejas?