Dejo caer mi cuerpo encima de mi cama. Mi padre todavía no llega a casa, así que aprovecho de descansar unas cuantas horas antes de la cena. Mi primer día de clases ha sido realmente agotador.
Afortunadamente, Becca, Haley y Ulisse me han abierto las puertas para quedarme con ellos durante todo el día. Incluiría a Alice también, pero la verdad es que después de lo que ocurrió en el comedor, no la volví a ver.
El reloj marca las cuatro; eso quiere decir que demoré media hora caminando desde la escuela a casa. Mucho menos de lo que había pensado.
Me saco el uniforme mojado que llevo puesto y lo pongo a secar enseguida mientras abro mi laptop para poner un poco de música.
Me meto dentro de unos leggings y un suéter y dejo mi cabello al aire, a ver si se digna a secarse un poco. Después de la escuela, he ido a secretaría a buscar otra hoja con mi horario. A pesar de que me han dado dos, les saco una foto con mi teléfono celular por si se me vuelven a perder.
Nunca se sabe lo despistada que puedo llegar a ser.
Mientras alargo mi brazo para dejar el teléfono encima del velador que está al lado de mi cama, siento el zumbido que me avisa que me ha llegado un mensaje de chat.
Me doy la vuelta para mirar mi laptop y la foto del rostro de Sahara se muestra sonriente.
El sonido viene acompañado de otros dos, así que me lanzo arriba de la cama. Sahara no tarda en enviarme una solicitud para hacer una videollamada.
La acepto rápidamente y en cuestión de segundos, la pantalla de mi laptop es ocupada por sus cabellos rubios y su piel bronceada. Incluso por una simple llamada de computador, puedo notar cómo el sol entra por su ventana como si estuviera quemando; tiene puesto su bikini y su cabello empapado me avisa que acaba de llegar de la playa.
Me da su mejor sonrisa y me saluda con la mano.
— ¡Amiga!— es lo primero que dice, emocionada. Yo me llevo la mano al corazón y suelto un suspiro como si estuviera viendo al amor de mi vida.
— No sabes lo mucho que te extraño aquí— le digo, haciendo un puchero. Ella suelta una pequeña risa y alza ambas cejas en mi dirección.
— Quiero que me lo cuentes todo— me dice, enfatizando la última palabra. Yo me encojo un poco de hombros.
— No sé qué quieres que te cuente exactamente— admito. Sahara rueda los ojos y se acomoda en su cama.
— Ya, quizás podrías empezar con tus compañeros— me dice como si fuera obvio— ¿alguien que te llame la atención?
Inmediatamente el rostro de Alice se me viene a la mente, pero intento ignorarlo.
— No, los chicos son extraños y las chicas susurran demasiado— admito. Sahara asiente con el rostro— ¿qué hay de ti? ¿Todo bien con Pauline?— le pregunto, haciendo referencia a su novia.
— Si, todo genial— dice, asintiendo con el rostro— aún así, te extraño.
— Y yo a ti.
— Anda, cuéntame más de tu escuela— me incita Sahara.
Suelto una pequeña risa y durante la próxima hora le cuento todo lo que ha sucedido hoy; desde la maldita puerta giratoria hasta yo buscando mis papeles en dirección porque se me habían perdido. Le cuento de Alice, de lo fastidiosa que me ha parecido, y de Becca, que me ha aceptado en su grupo de amigos junto con Haley y Ulisse, y lo mucho que espero que lo sigan haciendo porque las personas de este pueblo parecen realmente difíciles de tratar.
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PERDET
Teen FictionLuego del brutal asesinato de Camila Abele, el pueblo completo de Perdet queda conmocionado; pero lo peor llega cuando Alice Dominico, la única y principal sospechosa del crimen, es dejada en libertad. De la noche a la mañana, el pueblo de Perdet se...