Cuando llega la hora de almuerzo, Dante me está esperando afuera de la sala de clases. Él sostiene un montón de libros en la mano y esboza una enorme sonrisa.
— ¡Charlotte!— la voz de Rebecca me llama desde el otro lado del pasillo— necesito hablar contigo— murmura, observando el rostro confundido de Dante— urgente.
Yo abro la boca para excusarme con Dante, pero él se limita a asentir con el rostro y alzar una mano en el aire como si no tuviera importancia.
— Sólo responde mis llamadas, ¿si?— me pregunta, antes de marcharse. Yo me acomodo un poco nerviosa en mi lugar; he estado evitando a Dante estos días y probablemente eso es algo muy jodido de hacer.
Probablemente Alice tiene razón; no puedo sospechar que Dante hizo algo solamente porque un pañuelo le pertenezca. Quizás debería olvidar todo el tema del asesinato de Camila; de todas maneras, yo ni siquiera la conocía y el único motivo por el que me causa tanta intriga es porque Alice estaba perdidamente enamorada de ella.
Ah, y el hecho de que alguien me está amenazando con mensajes en trocitos de papel, ¿cómo olvidarlo?
— Está bien— le digo finalmente a Dante.
Él asiente satisfecho y desaparece del lugar mientras yo me muevo con Rebecca hasta la sala de música. Ella abre la puerta para encontrarnos con el lugar completamente vacío y no tengo que pensar demasiado para saber de qué va todo esto. Rebecca toma asiento en una de las sillas y me lanza una sonrisa algo insegura.
— No te hemos visto— es lo primero que dice, ¿y cómo iban a hacerlo? Si escapé asustada cuando vi que Haley tenía las agallas para amenazar a ese par de chicas.
— He estado con Alice— es lo primero que se me ocurre decir, e inmediatamente un escalofríos se apodera de cada rincón de mi cuerpo; en lo que va del día no he parado de pensar en lo que sucedió en casa de Alice y en lo que pudo haber sucedido si Frances no hubiera llegado.
— Charlotte, sobre lo que viste en la sala de comunicación...— comienza. Yo dejo caer mi cuerpo al lado del de ella para prestarle toda mi atención.
— Descuida— suelto, intentando calmar su evidente nerviosismo— no le he dicho a nadie. Soy una tumba, ¿lo ves?— sonrío sarcásticamente— se llama guardar secretos, Becca.
Rebecca inmediatamente frunce el ceño confundida. Yo suelto un enorme suspiro por lo bajo y alzo las manos en el aire para intentar explicarme.
— Bien, antes que hables quiero decir algo— suspiro— estoy cabreada.
Ella abre los ojos sorprendida; obviamente no está entendiendo nada de lo que está diciendo.
— Estoy cabreada porque cuando me pidieron que no le diga nada a Dante me quedé en silencio. Ahora me pides que no le cuente a nadie sobre el profesor Dawson y también me quedé en silencio, ¿no?— ella asiente— pero cuando yo te pedí que no andes de detective con Haley y Ulisse, ¡lo primero que hiciste fue ir a contarles lo que vi en el baño! Y no es justo, Becca...
— Tienes razón— me interrumpe de golpe— fue algo muy jodido de hacer y no conseguimos nada, así que lo lamento, y te prometo que no volverá a suceder.
— Está bien— digo finalmente— ahora dime qué es lo que sucede con el profesor Dawson.
— Solamente sucedió— suelta ella. Mis ojos se convierte en dos enormes esferas y no puedo evitar fruncir levemente el ceño— sé que piensas que está mal, ¡pero ya es mi último año de escuela, Charlotte! Creo que soy lo suficientemente grande como para..
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PERDET
Teen FictionLuego del brutal asesinato de Camila Abele, el pueblo completo de Perdet queda conmocionado; pero lo peor llega cuando Alice Dominico, la única y principal sospechosa del crimen, es dejada en libertad. De la noche a la mañana, el pueblo de Perdet se...