— ¿Así que lleva a todas las chicas a la sala de música?— bromea Sahara desde el otro lado de la pantalla, pero yo no consigo estallar en una carcajada. Al menos, no de la escandalosa manera en la que ella lo hace.
Me quedo en silencio durante varios segundos observando la lluvia chocar con la ventana de mi habitación y, sorpresivamente, mi mente ya ni siquiera está tan enfocada en el clima ni en el bronceado de Sahara.
¿Así que lleva a todas las chicas a la sala de música?
La frase que me acaba de decir Sahara da vueltas en mi cabeza, ¿por qué me siento ofendida si Alice y yo ni siquiera somos algo? Apenas nos conocemos, aunque es verdad que no puedo negar que hemos estado a punto de besarnos un par de veces, y un beso significa algo para mí, pero, ¿significará algo para ella?
En estos momentos un beso no puede significar nada porque ni siquiera ha ocurrido.
— Creo que tu vida en Perdet no resulta ser tan aburrida como pensábamos— suelta Sahara, interrumpiendo mis pensamientos a la totalidad. Yo esbozo una sonrisa e intento cambiar el tema; al parecer, Sahara y Pauline no están en buenos términos y eso me da espacio para hacer hablar a mi amiga durante media hora más— quizás podría ir a visitarte un día— dice finalmente cuando termina de hablar de Pauline. Yo asiento, a pesar de no saber qué es lo que Sahara encuentra tan interesante de mi vida en Perdet.
Acto seguido, el timbre de mi casa suena haciendo que dé un respingo y que Zeus comience a ladrar con fuerza—¿alguien toca tu puerta?— pregunta mi amiga.
— Dame un segundo— le pido, poniéndome de pie para abrir. Deslizo mi cuerpo hasta la entrada y encuentro a Alice del otro lado, esbozando una media sonrisa y sosteniendo una caja de donas en la mano.
— ¿Estudiamos?— pregunta, haciendo su camino al interior de la casa. Yo frunzo el ceño en su dirección algo confundida— traje donas... ¡Beethoven!— Alice se lanza a acariciar a mi perro.
— Estoy un poco ocupada ahora— murmuro, señalando mi habitación. Alice abre los ojos sorprendida.
— Lo siento— ahora habla un poco más despacio. Inmediatamente niego con el rostro, intentando que su mente no viaje hasta esos pensamientos.
— Sólo estoy en una videollamada con mi mejor amiga— le aseguro rápidamente. Alice asiente brevemente y se queda de pie al lado de la puerta, un poco nerviosa— ¿todo bien?— me atrevo a preguntar.
— Sí, es sólo que te fuiste a clases muy rápido después de nuestra conversación en la sala de música— carraspea— después te busqué a la salida de la escuela, pero no te encontré.
— Lo siento— sacudo el rostro— estaba apurada— es lo primero que se me ocurre decir.
Obviamente no estaba apurada; obviamente me sentí ofendida por el hecho de que Alice me hubiera llevado al mismo lugar donde llevó a la chica de la que estaba profundamente enamorada, pero cualquier cosa es mejor que decirle "soy una maldita psicópata que quizás está un poco celosa de una persona que ya no existe y por algo que ni siquiera tenemos"
— ¿Estás bien?— pregunta arqueando una ceja. Ni siquiera sé cómo es que se da cuenta de que algo me sucede; según yo, soy la mejor actriz que existe en todo Perdet.
La voz de Sahara hace que dé un brinco; inmediatamente me deslizo hasta mi habitación y Alice me sigue por detrás.
— Lo siento— cojo el teléfono para alzarlo— Alic...una amiga de la escuela vino a verme— me corrijo inmediatamente; no quiero que Alice piense que lo primero que fue contarle a mi mejor amiga sobre ella, a pesar de que eso fue lo exactamente lo que sucedió.
ESTÁS LEYENDO
PERDET
Teen FictionLuego del brutal asesinato de Camila Abele, el pueblo completo de Perdet queda conmocionado; pero lo peor llega cuando Alice Dominico, la única y principal sospechosa del crimen, es dejada en libertad. De la noche a la mañana, el pueblo de Perdet se...